Tragedia de todos

Reflexiones

La Raza del Noroeste

El deslave ocurrió en Oso, un pequeño poblado al norte del condado de Snohomish entre las pequeñas ciudades de Arlington y Darrington, pero sus efectos se sienten en toda la región.

Hasta compitió por atención con los medios de comunicación internacional que siguen el caso del avión desaparecido.

Ahora, ya casi a una semana apenas estamos entendiendo la magnitud de la tragedia.

Hay por lo menos 25 muertos y casi un centenar de desaparecidos. Un pueblo está prácticamente destruido y las comunidades siguen en shock.

El pueblo no es conocido por tener comunidad hispana, pero esta no es una tragedia hispana.

Es una tragedia de todos.

Hasta el momento, no hay hispanos entre las víctimas. Hay un reporte de un niño puertorriqueño entre los 90 desaparecidos.

Eso es lo peor, que esta tragedia afectará hasta niños, porque hay varios niños entre los enterrados.

En esta semana nos concentramos en esta tragedia porque a veces, necesitamos detenernos y apreciar la vida cuando vemos que otros la han perdido. Esta semana, una región está tratando de permanecer en pie porque es la única opción que tienen.

Porque aunque se están dando cuenta que la esperanza de encontrar a alguien vivo es casi nula, lo que piden es por lo menos encontrar los cuerpos para dar un sentido de finalidad a los parientes.

Se tardará semanas, meses e incluso años para recuperarse del deslave. El panorama nunca será lo mismo.

Lo preocupante es que estos deslaves se están haciendo más comúnes.

Actualmente, hay un territorio de Everett donde las casas se están cayendo. Hace un año, ocurrió otro deslave en la Isla Whidbey.

¿Pero habrá otros?

Después se verá si alguien tuvo la culpa y si hay otras regiones en peligro.

Por ahora, lo que podemos hacer es permanecer unidos y rezar por Oso.

Empezaremos una nueva semana con sus propios desafíos, pero para ellos, el desafío de continuar su vida será continúo.