Tras la derrota, incendian autobuses en Brasil

Agencia Reforma

RÍO DE JANEIRO, Brasil – Alrededor de 20 autobuses fueron incendiados, una tienda de electrodomésticos fue saqueada y numerosos aficionados sufrieron robos tras la derrota 7-1 de Brasil ante Alemania en la Semifinal del Mundial.

En Sao Paulo, un grupo de individuos prendieron fuego a dos decenas de autobuses en un garage ubicado en la zona sur de la ciudad, donde se guardan vehículos en desuso.

Otros tres autobuses fueron incendiados en diversas zonas de la capital paulista.

La policía informó además de una tienda de electrodomésticos de la zona Este de Sao Paulo que fue saqueada.

En Río de Janeiro, siete jóvenes fueron detenidos en las playas de Copacabana, cerca de la “FIFA FanFest”, donde se transmitió el partido en pantallas gigantes, después de que junto con su pandilla perpetraron un asalto tumultuario, conocido como “arrastao’’.

Los sujetos corrieron entre la multitud, mientras desataban el pánico y arrebataban collares y bolsos a su paso, ocasionando que cientos de personas salieran corriendo del lugar en tropel.

En tanto, en la sureña Curitiba también hubo un bus incendiado y dos apedreados, mientras que en la norteña Recife al menos cinco personas resultaron heridas después de una pelea entre aficionados.

La policía no confirmó que los incidentes estuvieran ligados al resultado del partido.

Sao Paulo, Río y la mayoría de las ciudades brasileñas vivieron una tarde de drama.

En Río, la repentina lluvia de goles de Alemania durante el primer tiempo coincidió con la llegada de un fuerte aguacero.

“Esto es para todos aquellos que decían que Brasil tenía comprado el campeonato para asegurar la elección de Dilma Rousseff.”, dijo el arquitecto Gustavo Dias, 35, mordiéndose los labios mientras se retiraba del enorme lodazal en que se convirtió la “FanFest”.

Al caer la noche, los aficionados cariocas abandonaron el lugar decepcionados, humillados y entre lágrimas, envueltos en sus banderas para cubrirse del frío, la lluvia y los goles que les aguaron la gran fiesta.