Sudamericanos se niegan a volver a Ucrania

JAMES ELLINGWORTH,

Associated Press

MOSCU (AP) — Seis jugadores sudamericanos –cinco brasileños y un argentino– que militan en el club Shakhtar Donetsk se negaron a regresar a Ucrania por temor a la violencia que se vive en ese país, exponiéndose a multas y suspensiones por ruptura de contrato.

Los jugadores desistieron de volar con el resto del equipo luego de un partido amistoso jugado el sábado contra el Olympique de Lyon.

“Si no vienen, van a sufrir” las consecuencias, dijo el magnate Rinat Akhmetov, propietario del club, en un comunicado difundido por el portal de Shakhtar.

Negarse a cumplir sus contratos, indicó, podría costarles “decenas de millones de euros”.

Los jugadores no regresaron a Ucrania para el partido del martes con el Dínamo de Kiev por la Supercopa ucraniana, a jugarse en la ciudad occidental de Lviv.

El centro de Donetsk se encuentra a unos 60 kilómetros (38 millas) del sitio donde fue abatido un avión de la Aerolínea Malaya con casi 300 parsonas a bordo.

Entre los jugadores que se niegan a volver figuran los brasileños Alex Teixeira y Douglas Costa, dos pilares del equipo, y el delantero argentino Facundo Ferreyra.

“No descarto que vuelvan pronto”, afirmó Akhmetov, quien dijo que el club no piensa venderlos.

El técnico del equipo Mircea Lucescu, entre tanto, sostuvo que el agente de los jugadores Kiai Joorabchian es quien está detrás de todo. Lucescu le dijo al diario francés L’Equipe que Joorbachian, quien es el agente de Carlos Tevez, convenció a los jugadores de que se quedasen porque les podría conseguir contratos con otros clubes.

“Es un verdadero escándalo”, declaró Lucescu. “Se aprovechó de la situación para secuestrarlos”.

Otro argentino, el delantero Sebastián Blanco, también se negó a reincorporarse a su club ucraniano, el Metalist Kharkiv.

Ucrania vive momentos de gran tensión. Fuerzas pro-rusas han tomado la ciudad de Donetsk y los soldados del gobierno ucraniano están tratando de reconquistarla. Akhmetov es la persona más rica de Ucrania y una figura de enorme influencia en la parte oriental del país, donde sus empresas emplean a cientos de miles de personas.

Está en contra de los rebeldes y le ha pedido a las fuerzas ucranianas que no bombardeen la ciudad.

La federación ucraniana de fútbol tiene que decidir si permite que Shakhtar juegue sus partidos de local en su cancha o en un terreno alejado de la zona de conflicto.