Mensajes ambiguos del mercadeo

CHICAGO — Como la misma belleza, la degradación de la mujer depende de quién la considera.

Lo que para una persona es claramente degradante constituye, para otra, una versión actualizada del himno feminista de Helen Reddy, “Soy mujer”.

Consideremos la foto de Olivia Wilde amamantando a su hijo Otis, en la revista Glamour. La fotografiaron, como comentó entusiasmadamente E! Online, “en un vestido de Roberto Cavalli, tacos altos de Prada, un pañuelo de Prada, aros de Yossi Harare y un anillo de Lanvin.” Una hermosa foto de madre e hijo, sin duda. Pero su ubicuidad en Internet es otro ejemplo de la manera en que la sociedad aprueba la objetivización de la mujer (en este caso, Wilde es un bonito maniquí para colgar ropa, o embajadora de una marca, si prefieren); colocándola en prolijos compartimentos estancos (símbolo sexual, artista, madre que trabaja); y haciendo la vista gorda a todas las miradas lascivas posibilitadas por Internet, que esta imagen maternal icónica ha suscitado.

Otros toman la foto como una celebración de la nueva apertura y aceptación del amamantamiento.

Está bien, examinemos ese asunto un momento. Amamantar es quizás lo más importante que una madre pueda hacer para la nutrición y el desarrollo de un niño. Pero no es bello. ¿Maravilloso? Sí, por supuesto, puedo dar fe. Pero también es difícil, exigente físicamente y … bueno, en lugar de entrar en detalles gráficos, sólo les aseguraré que no es glamoroso.

Generalmente no estamos físicamente perfectas, después de dar a luz y no nos vestimos con ropas de diseñadores que valen miles de dólares ni usamos un maquillaje profesional de primera cuando alimentamos a nuestro bebé.

Sólo agradezco no tener un niño de pecho y tener que ver otra imagen más de una celebridad acaudalada y perfecta, que luce espectacular, mientras yo tengo que lidiar con brasiers de lactancia, sacaleches y la dentición del niño.

La fina línea divisoria entre celebración y explotación fue también cruzada por Nine West, que está concentrándose en las mujeres de 25 a 49 años, rindiendo homenaje a la sexualidad moderna y a las tácticas de conquista de las mujeres, así como también glamorizando el alcohol.

Según el New York Times, “Un aviso, por ejemplo, lleva el titular ‘Caza del primer marido’ y muestra a una mujer con zapatos de piel de leopardo, que lleva unas flechas en su mano y tiene detrás un blanco de tiro al arco.

”Mucha gente reaccionó en forma positiva, considerando que la campaña de publicidad es divertida y persuasiva. Pero las críticas han sido diversas, desde indignación por el hecho de que una marca conocida reduzca la elección de calzado de las mujeres a una preparación para la estereotípica actividad de cazar un marido, al descuido de que algunas damas podrían ponerse zapatos sexy para cazar esposas. Vivimos en una época en que no existe una definición o ideología del feminismo sobre la que haya consenso, por lo tanto, los puntos no se conectan y pocos se sorprenden cuando una masa crítica de individuos no se inmuta ante el tratamiento degradante de la mujer por una marca.

Pero, en cuanto a los mensajes de mercadeo, estos dos golpes publicitarios quizás vendan revistas y zapatos -o no. Y eso depende de nosotros. La dirección electrónica de Esther Cepeda es estherjcepeda@washpost.com.