Deporte a la medida

Paloma Villanueva

Agencia Reforma

Un niño en edad escolar que entrena cuatro horas al día para llegar a las fuerzas básicas o para lograr un lugar en la competencia, podría sufrir lesiones que deben ser prevenidas y atendidas a tiempo para evitar consecuencias graves en el futuro.

José Cortés Gómez, ortopedista pediatra del Instituto Nacional de Pediatría, advierte que el deporte en niños de 6 a 10 años debe ser una forma de divertirse y no un medio para satisfacer las expectativas de los papás.

“El objetivo del deporte en esta etapa es que sea algo lúdico y no es para cumplir con las exigencias de los papás, el juego contribuye al neurodesarrollo, les da más seguridad, les facilita la socialización, aprenden a jugar limpio y a respetar las reglas, pero siempre hay que vigilar que el sentido de competitividad no atente contra su bienestar físico”, recomienda.

Si un pequeño que practica algún deporte diariamente se queja de dolor en cualquier parte del cuerpo, seguramente es porque se ha provocado una lesión que podría tornarse crónica. “El dolor es un síntoma al que hay que hacerle caso de inmediato, cuando un niño se queja de dolor en la rodilla, en la cadera, en el talón, hay que llevarlo de inmediato con el ortopedista pediatra”, subraya el especialista.

La razón es que las lesiones agudas o subagudas como golpes o caídas se tratan simplemente con antiinflamatorios, calor local y reposo adecuado; pero si el pequeño ya presenta una lesión y sigue haciendo ejercicio intenso, ésta se puede volver crónica y podría incluso requerir una intervención quirúrgica. Las lesiones crónicas provocadas por sobreentrenamiento se ocasionan por traumatismos o golpes repetitivos en alguna zona del cuerpo, apunta Cortés, y son muy características dependiendo del deporte que se practica.

“En los niños que juegan basquetbol y voleibol, que saltan mucho, encontramos la enfermedad de Sever, que es una osteocondritis donde el núcleo de osificación del calcáneo se fragmenta y esto se traduce en mucho dolor en el talón”, explica.

En el caso de los niños que practican futbol y que entrenan todos los días entre tres y cuatro horas, se puede presentar una enfermedad denominada osteocondritis de Osgood-Schlatter, dice Cortés, que provoca dolor en parte baja de la rodilla e inflamación que incluso podrían provocar que el niño cojee.

“Los que juegan beisbol o futbol americano, que entrenan diario y hacen más de 200 lanzamientos en cada entrenamiento, presentan dolor en el hombro y en el codo, se llama osteocondritis de Panner, es una lesión en el cóndilo del húmero”,

detalla.

Finalmente Cortés advierte que los pequeños que practican gimnasia olímpica o clavados sin la supervisión adecuada, pueden provocarse lesiones cervicales e incluso lesiones de la médula ósea que pueden tener consecuencias muy graves.

“Los niños tienen que hacer ejercicio para crecer sanos y para mantener un peso adecuado, sin embargo, debe ser un ejercicio adecuado para su edad, aproximadamente una hora diaria y si van a practicar algún deporte debe ser supervisado y previamente autorizado por el médico”, destacó.