Por Brian Miller,

Seattle Weekly

Hace pocos años, Domingo Martínez tenía el lobo en la puerta. Sus clientes de diseño gráfico fueron desapareciendo. El negocio de periódico donde también trabajó incluyendo a Seattle Weekly, donde fue una vez un colega se fue contrayendo. Pasó demasiado tiempo encerrado en su apartamento, viendo la televisión bebiendo y escribiendo trozos de un futuro libro de memorias sobre su juventud en Brownsville, Texas. “Me las arreglé, pedí dinero prestado, entregué pizzas “, recuerda de ese período oscuro.

Desde la publicación 2012 de su best seller The Boy Kings of Texas, la vida ha dado un giro diferente. Martínez tiene ahora otros problemas como cumplir las fechas limites para la HBO, reuniones y conferencias con Salma Hayek, problemas como el de volver a la carretera para promocionar su segundo libro My Heart Is a Drunken Compass (Lyons Press, $26.95).

Luego, leyendo una entrevista , donde Hayek dijo que “ya no me siento mexicana,” él hizo su próxima gran apuesta. Martínez podría relacionarse con su queja, ya que en los Boy Kings huye de Texas, deja de hablar español, y los modelos de sí mismo en los finales de los años 80 la cultura anglo de autores bohemios, música indie, y películas. Al ver la cita de Hayek, dice, “Como un tiburón, olí sangre en el agua.” Su agente pasó Boy Kings a su gente, y, finalmente, “ella pidió reunirse. Todo es cuestión de hacer tu propia suerte. “Él y Hayek hicieron clic, y ella tomó el proyecto para HBO. “Por sí solo, el libro estaba desarrollando alguna influencia propia”, dice Martínez de Boy Kings en Hollywood. Se trataba de una parte del país que estaba sin explotar. Pero HBO ha reconocido que en algún momento en el futuro, el 25 por ciento de los EE.UU. se identificaára como hispano.

La experiencia de esbozar Boy Kings en una posible miniserie va más allá de lo que esperaba de mi primer libro “, dice Martínez. “Hayek se convirtió en el jefe, campeón y defensor” del libro.

Después de “toda esta angustia y depresión mental” que participan en la redacción de los dos libros, las fortalezas de su familia y sus propias debilidades, Martínez es suficientemente el empresario para entender cómo un resultado edificante lo convierte en un buen libro de memorias.