Fascinados con ella

Katy Díaz

Agencia Reforma

No bailó con John Travolta y ni siquiera usó una tiara de princesa, pero Catalina de Cambridge logró que los neoyorquinos se enamoraran de ella en su primer viaje oficial a la ciudad de los rascacielos, al que acudió como acompañante de su esposo, el Príncipe Guillermo.

La Duquesa despertó elogios y admiración en los estadounidenses, igual que lo hizo la fallecida Princesa Diana en 1985 cuando, entre rumores de una inminente separación, llegó del brazo del Príncipe Carlos por vez primera a Washington y Florida.

En aquella ocasión, Lady Di causó revuelo al bailar con John Travolta en la Casa Blanca y asistir a varias cenas con sus diferentes tiaras y vestidos de gala.

A Catalina le bastó su calidez, sonrisa y el brillo extra que le da su segundo embarazo para ganarse el corazón de chicos y grandes, así como de famosos y no famosos.

Su gira fue bastante apretada, de apenas dos días y medio, pero eso le fue suficiente para derrochar su carisma y encontrarse con figuras como Hilary Clinton, Anna Wintour (editora de Vogue) y Beyoncé Knowles.

¿COMO LADY DI?

Catalina y Guillermo llegaron a Nueva York en un vuelo comercial y se hospedaron en el hotel The Carlyle, el mismo en el que Diana y Carlos se quedaron la primera vez que llegaron como marido y mujer a la Gran Manzana, y al que Lady Di siempre volvió aún después de su divorcio.

Pero a diferencia de Diana, quien nunca se sintió amada por Carlos, Catalina pisó tierras norteamericanas protegida por Guillermo, quien siempre estuvo al pendiente de las necesidades de su mujer, quien dará a luz la próxima primavera.

En su último día de visita, en la cena de gala del 600 aniversario de la Universidad de St. Andrews, realizada en el Metropolitan Museum of Art, Guillermo habló de lo importante que es esa universidad para él, ya que ahí conoció a Catalina.

“No necesito decir cuánto significa St. Andrews para mí y Catalina. A menudo se dice que los estudiantes de St. Andrews abandonan la universidad en uno de estos dos estados: casado o alcohólico.

Afortunadamente para Catalina y para mí terminamos casados”, expresó, mientras su esposa lo observaba sonriente y deslumbrante en un vestido Jenny Packham de seda azul que combinó con aretes de diamantes y esmeraldas.

¿CASA NUEVA?

Después de cumplir sus compromisos en Nueva York, Guillermo y Catalina regresaron a Inglaterra al lado de su hijo el Príncipe Jorge y muy a tiempo para realizar la mudanza a su nuevo hogar.

Se dice que la familia pasará la Navidad en su residencia recién remodelada de Anmer Hall.

Esta mansión de estilo georgiano de principios del siglo 19, de ladrillo rojizo y tres pisos, está lista para recibir a los Duques de Cambridge.

El objetivo de su remodelación fue, además de modernizar sus estructuras y mobiliario, hacerla más privada y para ello fue desviado el acceso a la mansión en auto.

Los almacenes de leña se convirtieron en viviendas para el personal de seguridad, además de que se plantaron árboles y arbustos en los alrededores para dificultar la visión desde el exterior.

La piscina fue reubicada a un espacio más privado, también se construyó un jardín interior con techo de cristal y se remodeló la pista de tenis.

La decisión de abandonar el Palacio de Kensington y mudarse a Anmer Hall, que se encuentra en el condado de Norfolk, se debe a que la mansión está más cerca del nuevo lugar de trabajo del Príncipe Guillermo, quien se desempeñará como piloto en la East Anglian Air Ambulance.