Sin alternativa directa

Alberto Bortoni

Agencia Reforma

El Chrysler 300 está en una posición un tanto única y es que no hay una alternativa directa, que ofrezca prestaciones que sean equiparables lado a lado con este sedán americano.

Cuando Chrysler aprovechó hace algunos años la plataforma de Mercedes-Benz para crear la primera generación de estos sedanes, descubrió un nicho que había sido olvidado por sus demás competidores, que es el de los sedanes de motores grandes y de tracción trasera.

Quizá la alternativa más cercana esté dentro del mismo grupo, y es que de su marca hermana Dodge está la opción del Charger. El Charger tiene la misma configuración de tracción trasera e incluso se ofrece en versiones tan deportivas como el Hellcat, y aunque el equipamiento pudiera ser similar, Chrysler mantiene una posición un poco más lujosa y refinada que el Dodge.

Una opción que todavía no está disponible, pero se estima llegará durante el 2015, es proveniente de la marca coreana Hyundai. Se trata de la segunda generación del Genesis, un sedán de tamaño completo, que al igual que el 300 está disponible con motores de seis cilindros y de ocho. También es de tracción trasera y con una potencia que está por encima de los 400 caballos de fuerza.

Por sus dimensiones y su costo en las versiones equipadas, hay también que considerar algunas alternativas de marcas de menor volumen, como Buick y su LaCrosse.

Evidentemente se trata de una condición de manejo completamente diferente, una considerablemente menos deportiva y más orientada al confort y comodidad de los pasajeros.

En el interior es quizá un poco más amplio que el 300 y con un amplio equipamiento, pero se trata de un vehículo con un motor de menor potencia y basado en una plataforma de tracción delantera.

Si se puede hacer un poco de sacrificio en la longitud del sedán, las alternativas a un Chrysler 300 comienzan a aparecer; alternativas más accesibles como el Nissan Máxima. El sedán es el modelo más lujoso de Nissan, y aunque tiene un buen motor de seis cilindros, no hay opción V8 y es de tracción delantera. Aún con estas limitaciones, Nissan ha hecho un buen trabajo dándole características un tanto deportivas al Máxima, por lo que se trata también de un auto disfrutable por entusiastas.

Si la tracción trasera es requisito indispensable, se puede recurrir a la marca de lujo de Nissan, a Infiniti, en donde el Q50 podría representar una alternativa atractiva. Este cuenta también con un potente V6, pero esta vez mandando la potencia a las ruedas traseras.

Siendo un modelo más compacto y ligero que el 300, las características de manejo resultarán más ágiles, pero sin el aplomo y la sensación de masa que sólo un sedán de gran tamaño puede lograr.

Así, aunque el 300 realmente está en una clase independiente y sin competidores directos, en realidad, el mercado mexicano ofrece algunas alternativas interesantes, que no deben de ser descartadas si se quiere tomar la mejor decisión de compra.