Analine Cedillo

Agencia Reforma

Analine Cedillo

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SAYULITA, Riviera .- Bajo el mismo sol, en este destino del Pacífico mexicano conviven viajeros que llegan a íntimos resorts de lujo, extranjeros en busca de playa y surf, con turistas aventureros atraídos por el misterio de las Marietas.

ESCENARIO ÚNICO. Ponerse de pie sobre una tabla de surf y remar en mitad del mar es un logro que merece enmarcarse por el paisaje de las Islas Marietas, santuario para aves, área natural protegida y Reserva de la Biósfera de la UNESCO.

AQUÍ Y AHORA. Desde la mesa de un chiringuito de playa o meditando sobre la arena, los atardeceres en San Pancho envuelven cálidamente a quienes encuentran placer en contemplar la naturaleza.

TODO VERDE. Sólo 12 habitaciones dentro de más de 100 hectáreas de terreno, entre la selva y el mar, forman una de las caras más lujosas del destino. Situado en Punta de Mita, Imanta Resort también en refugio de celebridades internacionales.

DE ANTOJO. En Sayulita, las chocobananas (plátanos congelados cubiertos de chocolate y cereales) son tan populares como las olas para hacer surf. El destino es consentido de extranjeros que han decidido quedarse a vivir y han montado negocios como este.

ARTE CON RAÍCES. La tradición huichola vive en Sayulita gracias a artistas como Cilau Valadez y proyectos como el de Galería Tanana, cuyas piezas están elaboradas por la comunidad de Huejuquilla el Alto, Jalisco.