SALUD & BIENESTAR: Las Mascotas sanas no son un riesgo para la salud

Paloma Villanueva,

Agencia Reforma

Si tus hijos insisten en tener un perrito y estás considerando adquirirlo, debes saber que un animal de compañía no representa un riesgo para la salud de sus dueños, siempre y cuando esté sano.

Pediatras coinciden en que un niño puede jugar, acariciar, abrazar y convivir con un perro o un gato sin exponerse a contraer enfermedades; además, gana un amigo que le enseñará a ser más responsable y comprometido si los papás le asignan tareas específicas referentes al cuidado de la mascota. Aunque se ha intentado encontrar conexiones entre la exposición a los animales y el desarrollo de enfermedades como bronquitis o asma, Rodolfo Rivas Ruiz, adscrito al Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, afirma que la susceptibilidad no es mayor en niños que tienen mascotas respecto a quienes no las tienen. “Hay una gran cantidad de artículos que revelan que no hay absolutamente ninguna relación. Los animales de compañía no hacen daño, las enfermedades propias de los perros o los gatos no son transmisibles a los humanos”, asegura el pediatra neonatólogo.

Si los animales se vacunan y llevan a consulta con el veterinario cada seis meses para ser desparasitados, se evitan todos los riesgos y, agrega, la convivencia a temprana edad con una mascota puede beneficiar al sistema inmunológico.

Lejos de enfermar a los menores, darles una mascota sana puede estimular su desarrollo, siempre y cuando adquieran responsabilidades dependiendo de su edad.

¿Cuándo poner atención?

Leticia Belmont, pediatra adscrita al Instituto Nacional de Pediatría, subraya que si la mascota no está sana, sí se convierte en un riesgo y explica que los gatos cuando no están desparasitados pueden ser huéspedes del parásito llamado toxoplasma gondii, causante de la toxoplasmosis en los humanos.

“El toxoplasma es un microorganismo peligroso para las mujeres embarazadas porque puede generar cardiopatías, cataratas, microcefalia, retraso mental y alteraciones cerebrales en el bebé, pero el gato no tiene la culpa, la responsabilidad de llevarlo al veterinario para asegurarse de que sea un animal sano es del dueño”.

El modo en que dichos parásitos ingresan al cuerpo humano, explican los pediatras, es por ingestión directa, es decir, los microorganismos de las heces de los animales tendrían que llegar de algún modo a los alimentos o directamente a la boca de los niños, de ahí la importancia de no dejar los desechos a la intemperie.

Atención:

Los expertos sugieren:

-Asegurarse de que la mascota tiene todas las vacunas, como leptospira y rabia.

-Lavarse las manos después de jugar, darle de comer o convivir con la mascota.

-Llevarla al veterinario cada seis meses para revisión de rutina y para desparasitarla.

-Los perros se deben bañar cada 20 días, los gatos no requieren baños tan continuos.

-Enseñar al perro a defecar fuera de la casa y cambiar con frecuencia la arena del gato.

-No dejar heces u orina de perros o gatos expuestas mucho tiempo a la intemperie.