Por Andrés Sánchez,

Agencia Reforma

PUEBLA, Puebla .- La Máquina dijo prácticamente adiós a la Liguilla de la mejor forma en que pudo hacerlo: con una cruzazuleada. Con un gol en contra durante el agregado los celestes perdieron 2-1 ante Puebla y si bien no están matemáticamente eliminados meterse a la Fiesta Grande luce como un milagro. Aunque los pupilos de Paco Jémez aún aspiran a alcanzar hasta el sexto lugar con tres juegos por disputar, es más fácil pensar que en mayo sumarán tres años sin Liguilla y la sequía de títulos alcanzará los 19 años y medio. Y es que la historia en el Estadio Cuauhtémoc fue la misma que se ha visto todo el Clausura 2017: chispazos de buen juego para Cruz Azul por momentos, luego falta de capacidad para completar las jugadas y finalmente descuidos defensivos que cuestan el empate o en este caso la derrota en el momento más doloroso. La primera faceta de los Cementeros no tardó en llegar, apenas al minuto 4, Ángel Mena desbordó por la banda derecha y mandó un centro que remató de palomita Rafael Baca. Luego del triunfo el jueves pasado sobre el líder Toluca, el gol tempranero auguraba otra victoria, pero al paso de los minutos la potencia celeste se fue apagando al grado de no tener otra jugada clara de gol hasta el cierre del encuentro. En tanto, Puebla daba pelea con sus recursos y de no ser por tener la mira desviada pudo empatar el juego antes del medio tiempo. Pero tanto empuje terminó por darle un premio a los Camoteros al 57’ con un autogol de Julio Domínguez, quien como si se tratara de un delantero rival remató de frente al arco un centro poblano en su intento de despejarlo. El empate fue un duro golpe tanto que Jémez mandó a la cancha a Christian Giménez, pero ni el espíritu de lucha del “Chaco” pudo salvar al equipo de sus mismos errores. Ya en el tiempo de compensación Julián Velázquez dio un mal pase en la salida que robó Jerónimo Amione, quien pasó a Pablo Míguez y este a su vez a Cristian Esparza para que disparara al arco y pusiera el 2-1.