Sebastián Murillo, lindo hasta en la cárcel

Alan Luna

Agencia Reforma

No importa si eres narcotraficante y sicario de la peor y más peligrosa banda de Colombia, tampoco es importante ser representante de estrellas de la farándula, lo que importa es la percha y hasta cuando te agarra la ley. Por que una buena imagen es lo que cuenta.

Y es que durante la detención de Sebastián Murillo, uno de los hombres de la llamada Oficina de Envigado, la organización sicaria y de narcos más peligrosa en Colombia, le pidió a las fuerzas especiales que le dieran chance de bañarse, arreglarse y volver hacer el video, porque a él lo conocen mucha gente y su imagen podría verse dañada.

“¿Les puedo pedir un favor? No será que podemos repetir la grabación en la que ustedes entran y me arrestan? Es que mire cómo me veo y no puedo aparecer así”.

“Hermano, al menos déjame bañar y arreglarme un poquito para la foto de la reseña judicial. A mi me conoce mucha gente y no puedo aparecer desarreglando”, insistió Murillo ya con las esposas puestas.

Según el diario Semana en su edición en línea, agentes del grupo especial Dijín en combinación con la DEA y la Fiscalía de Colombia, no se les hizo raro dicho comportamiento del capo, quien, aseguran se movía como un empresario refinado y de muy buen gusto para vestir en el mundo de la farándula con actores y cantantes importantes.

Durante la detención de el “Lindo” o “Lindolfo”, como se le conocía, en su lujoso apartamento en Medellín, se encontraba con él la presentadora de un programa de televisión de nombre Vaneza Peláez, quien se presume era su esposa, pero aquella noche se quedó con él.