Casa Latina refuerza la integración del trabajador hispano en Washington

Por Camilo Molina,

La Raza del Noroeste

Muy temprano en la mañana comienzan a retumbar dentro de una tómbola las identificaciones de los miembros del Centro de Trabajadores de Casa Latina en Seattle. Cada día desde las 7 inician las expectativas de un sorteo que los va a colocar en la lista para las labores del día, mientras se aclara, megáfono en mano, lo que será: Pintura, mudanza, jardinería, construcción, entre otros.

Además de llevar adelante un programa en el que actúa como una agencia de empleo, Casa Latina provee a sus miembros capacitaciones, cursos y guías, que le permiten a inmigrantes hispanos, hombres y mujeres, tener la oportunidad de adaptarse laboral, económica y socialmente; es una manera de adquirir las experiencias que son indispensables cuando se llega a un lugar nuevo, con reglas nuevas y expectativas diferentes.

Hace más de dos décadas que Casa Latina dio inicio a un compromiso con la comunidad hispana y la ciudad de Seattle. A lo largo de ese corto tiempo ha construido lazos con miles de inmigrantes y ha definido un puente entre empleadores y trabajadores jornaleros en el que ambas partes asumen los compromisos de salarios y condiciones justas de trabajo.

Araceli Hernández, directora de programas en Casa Latina, deja claro que se trata de un programa integral que está preparando al trabajador para que en un futuro pueda tener su propio negocio y esto le permita convertirse así mismo en un empleador.

“Cuando un trabajador quiere ser miembro de Casa Latina, debe pasar por un proceso de orientación. Se le toman datos, se hace un examen de fuerza y resistencia para saber que tanto puede cargar o realizar un trabajo forzado; también se hace una prueba de inglés para conocer el nivel de comunicación y se le consulta por algún tipo de especialidad laboral que tenga. Una vez que este proceso termina, ya se encontrará habilitado para salir a trabajar”

“Tenemos capacitaciones y clases en diferentes oficios, se dan clases de inglés, computación, limpieza verde; se dan orientaciones para el trabajo de manera estratégica y además, las mujeres pueden participar del grupo de liderazgo para trabajadoras del hogar”, indicó Hernández.

En los últimos 5 años Mario García, inmigrante hondureño, ha venido durante las mañanas para conseguir trabajo en el programa de Casa Latina. “La verdad me ha encantado porque uno tiene acceso a la rifa todas y si se tiene suerte uno sale de los primeros y es un día en que casi con seguridad se puede salir a trabajar” nos comentó.

“Lo bueno es que entre más pasa el tiempo uno va agarrando experiencia en diferentes trabajos. Se van conociendo patrones con los que si se hacen las cosas bien, pues siempre te llaman. Lo más importante es que cuando uno salga a trabajar, lo haga bien y que la misma labor hable por uno. Yo de aquí he salido con patrones con los que he trabajado fijo hasta por dos años” agregó García.

Al mismo tiempo que se realizan las diferentes actividades diarias de Casa Latina, los coordinadores y directivos mantienen una comunicación permanente con el gobierno de la ciudad de Seattle y los representantes legislativos en el estado de Washington, para tratar temas relacionados con mejores salariales, una reforma migratoria que sea más inclusiva o problemas relacionados con el pago de salarios.

Araceli Hernández resalta esta parte de la labor llevada adelante por los miembros de Casa Latina, a través de la cual se le acerca a los legisladores la realidad de lo que viven los trabajadores diariamente, gracias a las experiencias que proporciona el Centro de Trabajo; además, trabajan junto con organizaciones nacionales como la Red Nacional de Jornaleros o la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar.

Se debe resaltar que dentro de Casa Latina funciona el programa Comité de Defensa del Trabajador, con el cual se coordina una ordenanza de la ciudad de Seattle que sirve para denunciar los problemas relacionados con los salarios mal pagados por parte de un empleador. De esta forma, los más de 9 mil jornaleros que son dirigidos cada año a realizar algún tipo de trabajo por parte del Centro de Trabajo, tienen herramientas necesarias para defender una correcta relación salarial con sus patrones.