Congestionamiento en Seattle

Sophia Vackimes, Oficina de Gestión de Emergencias, Ciudad de Bellevue

Durante las próximas semanas el tráfico que circula por la Ciudad de Seattle y sus alrededores va a sufrir alteraciones serias. Quizá usted ya esté enterado, porque lo vió en la televisión, ha leído sobre esto en el periódico o alguien le ha hecho algún comentario. Seguramente muchos de nosotros, sobre todo los que vamos a esa o alguna de las otras ciudades cercanas cada día con motivo de trabajo vamos a ser los más afectados. Sabemos que de por sí el tráfico es bastante malo durante las horas pico, pero la reducción en caminos importantes a un solo carril va a ser más que complicado.

El cierre de la ruta 99 que va hacia Seattle no es algo casual; no es algo que sucederá por causas de seguridad. Es un asunto bastante complicado que a la larga beneficiará a la ciudad y al área entera. Tendremos que tener paciencia con todo lo que las desviaciones de tráfico implican. Este proyecto ha sido planeado por muchísimo tiempo y ha llegado el momento de que todos aguantemos. Pero, ¿Sabemos por qué es que se ha planeado este cierre?

El viaducto, el paso elevado que bordea al mar en el costado de Seattle, se construyó entre 1949 y 1959 y su primera sección se inauguró en 1953. Este tramo de carretera es un corredor de dos pisos que transporta a casi 100,000 vehículos diarios. Las vistas desde ahí tanto de la ciudad como del Estrecho de Puget son espectaculares. A pesar de esta belleza, la edad de la estructura y sobre todo el terremoto de Nisqually en 1961, un tremor de 6.8 grados de magnitud, lo envejecieron, y debilitaron exponiendo a a la vez a múltiples riesgos al público, tal como ha sucedido con otras construcciones similares alrededor del país.

Durante décadas se llevaron a cabo estudios tras estudios que consideraron su resistencia ante este tipo de evento y el peligro que podría representar no solamente para los automóviles circulando sobre el, sino también para las construcciones aledañas, las estaciones de ferry, y miles de personas que viajan debajo de el a pie, en automóvil, servicios públicos etc. Usted puede ver una de esas simulaciones siguiendo este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=hos_uIKwC-c.

Las discusiones respecto como confrontar la situación han durado décadas. Por fin se decidió que era necesario desmontar este tramo de la carretera y reemplazarlo por un túnel que atravesará la ciudad bajo suelo. No ha sido labor fácil. Los contratiempos también hay sido significativos. La máquina excavadora Bertha sufrió desperfectos que estancaron el trabajo durante casi dos años. También hubo otra ocasión en la que un enorme agujero se abriera bajo tierra alterando los planes de construcción.

El viernes once de enero fue el último día que circuló tráfico sobre este tramo de la carretera. En el futuro el transporte viajará por el nuevo túnel y un nuevo circuito peatonal construido con normas modernas y menos susceptibles a ser afectado por un terremoto se convertirá en un hermoso espacio cívico. A pesar de los dolores de cabeza que sufriremos muchos en nuestro transporte diario, debemos de agradecer a los científicos, ingenieros, administradores y constructores del nuevo túnel, entre los cuales se hallan muchos de nuestros conciudadanos hispanos, por todo el trabajo que han realizado teniendo en cuenta la seguridad de todos nosotros.

La página del Departamento de Transporte del Estado de Washington tiene información acerca del cierre. Visite este enlace, al calce contiene opciones para el idioma español.

http://www.wsdot.wa.gov/Projects/Viaduc