¿Qué es ser mexicano-americano en los Estados Unidos de Norteamérica?: el caso de Eva Longoria.

Por Dalia Maxum

Desde el 2009, los latinos han cobrado mayor popularidad. Ahora es un orgullo ser latino y además es una cuestión de números. Nuestra comunidad ha crecido mucho. Por supuesto nuestro crecimiento en números, no necesariamente se refleja en indicadores. Es cómo lo que pasó con los indígenas a raíz del movimiento zapatista, pasaron de invisibles a populares, pero no necesariamente sus indicadores en calidad de vida reflejan el efecto del movimiento social. Escogí usar a Eva Longoria cómo un ejemplo por tres razones. Esas razones constituyen este texto. Espero que la conclusión nos de más claridad sobre lo que es ser latino en un país de por sí muy complejo por su diversidad de razas.

We did not cross the border, the border crossed us

Eva es la novena generación de una familia de hispanos. Su padre es de ascendencia española y la madre mexicana. La familia se estableció en lo que fue primero territorio español. Como dijo Eva en alguna entrevista: “my family was under five different flags without even moving”. Luego Texas fue territorio Méxicano, luego La República de Texas, los Estados confederados y finalmente parte de los Estados Unidos. En realidad, ella no podría calificarse a si misma cómo una descendiente de inmigrantes. La frase nosotros no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros es muy cierta en el caso de Eva y si nos adentramos a una definición más arqueológica y antropológica lejos del eurocentrismo podríamos decir que aplica en muchos casos.

Es interesante también que en Texas se definan así mismos cómo hispanos, pero no como latinos. Eva se define como mexico-americana, culturalmente creció con comida mexicana y escuchó a sus padres hablar español todo el tiempo. Por eso es curioso también que su español sea muy básico y que según las revistas del corazón lo haya tenido que perfeccionar con el hermano de Penélope Cruz.

Family values

Eva creció rodeada de mujeres. Nueve tías, tres hermanas y muchas primas. ¡Es una familia grande donde la gente se reúne a la mesa y disfruta de una buena sopa de tortilla! Uno de sus platillos favoritos. Ella define a la familia cómo el centro de todo y es de lo que ella se siente más orgullosa de ser latina según dijo en la entrevista con Mario López (que usó ese término, latina). De hecho, decidí escribir sobre Eva cuando mencionó este aspecto particular en su vida. Al hecho de estar rodeada de mujeres fuertes y educadas que siempre la impulsaron a estudiar y estuvieron allí para ella. Ella no se sintió intimidada o insegura en Hollywood porque ella ya tenía su título universitario y ya siendo una estrella hizo su maestría.

La “prieta” fea

Eva ha declarado en repetidas ocasiones que ella era el patito feo de la familia. La razón: muy simple, no era rubia o de ojos claros cómo sus hermanas. Lo cual habla de que los estereotipos han cambiado y ahora ser latina es sinónimo de ser sexy y brunette es the new cool. Obvio eso sigue siendo un estereotipo, porque hay muchas personas rubias de ojos azules y son latinas, hispanas o cómo se les guste llamar. Pero el punto es que hasta en la estética, lo latino ha logrado permear y ocupar un lugar, que, aunque por ahora es de la sexi latina, al menos se ha alejado de la idea de la mujer un poco pasada de peso lava platos o un hombre con sombrero bajo el nopal. Desde mi punto de vista, las personas trabajadoras indocumentadas constituyen un gran orgullo en nuestra comunidad, pero, no son toda la comunidad, sino una parte que además evidencia una realidad desgarradora e inspiradora a el mismo tiempo. De hecho, el papel que llevó a la fama a Eva fue el de Gabrielle Solis en Amas de casa desesperadas, donde Gaby era una ex modelo profesional. Por supuesto, hubiera estado más padre ser la escritora o la mercadológa pero al menos ya no fue el papel de la niñera o la de las labores domesticas. Y digo más padre porque aún no se sitúa a la comunidad latina cómo muy educada o cómo una comunidad que le guste prepararse, cómo lo sería la comunidad asiática, por ejemplo. Aunque eso ha estado cambiando mucho en los últimos cinco años. Sin embargo, Eva Longoria es un gran ejemplo de una latina educada que ha desarrollado una carrera cómo actriz basada no sólo en su belleza sino en su inteligencia y en sus valores, lo cuáles adquirió en una familia hispana.

Creo que estás son tres razones para empezar a entender que ser latino no está ni cerca de ser definido con exactitud, ni mucho menos comprendido, incluso para los que aquí vivimos. Hay una gran variedad de valores y características. Sin embargo, seguimos sintiéndonos una comunidad y hay varios hilos conductores que nos entrelazan en un país urgente de raíces y valores espirituales.