El presidente Trump no fue nombrado ni atacado durante los Oscar, sin embargo, hubo un mensaje el domingo por la noche.

Por Eugene Robinson, The Washington Post

“Todos estemos en el lado correcto de la historia”, dijo jubiloso Spike Lee el domingo por la noche cuando aceptó su Oscar. Él no tiene que haberse preocupado. Hollywood parece haber recibido el mensaje.

En su mayor parte, al menos.

Habría preferido ver el premio más grande, Mejor película, ir a “BlacKkKlansman” (por su excelencia) o al extravagante cómic “Black Panther” de Lee (por su impacto masivo en el negocio del cine) en lugar del ganador real, “Geen Book”. Pero piénselo: ¿De los ocho nominados a Mejor Película, tres películas de temática negra? ¿Además de la lírica “Roma” de Alfonso Cuarón, sobre una criada indígena de piel oscura que trabaja en la Ciudad de México?

Hollywood finalmente logró producir un programa de premios que podría legítimamente llamarse Oscars Not-So-White. La transmisión, afortunadamente sin un anfitrión, presentaba un grupo tan diverso de presentadores y ganadores que a veces casi se parecía a los Premios NAACP Image Awards, o tal vez a Hispanic Heritage Awards. El actor Samuel L. Jackson entregó la estatuilla de oro al Mejor Guión Adaptado a su amigo Lee, quien saltó a los brazos de Jackson. El cineasta Guillermo del Toro abrió el sobre del Mejor Director y estuvo encantado de ver “un nombre que puedo pronunciar”, el de Cuarón.

Solo el premio a la Mejor Película al “Green Book” nos recordó que la situación de la industria cinematográfica es un trabajo en progreso.

Ciertamente, no hay nada objetable sobre el tema de la reconciliación racial que presenta Green Book, y las estrellas de la película, el ganador del Mejor actor de reparto Mahershala Ali y la nominada al Mejor Actor Viggo Mortensen, son grandes artistas en su apogeo. Pero tampoco hay nada que se sienta particularmente relevante sobre la película en este momento.

“Green Book” cambia el guión de un ganador anterior de Mejor película, “Driving Miss Daisy”, que convierte al personaje blanco en el chófer de bajo estatus y al personaje negro en el pasajero de alto estatus. Pero el mensaje no es menos simplista.

Sí, por supuesto, todos compartimos una humanidad común que trasciende los límites de la raza. A Hollywood le encanta felicitarse por las películas, como “Green Book”, que transmiten este mensaje de sentirse bien. Pero, ¿qué enseña eso realmente a alguien en la Era de Trump? Si las vanas tranquilizadoras tuvieran el poder de vencer la supremacía blanca y desmantelar el racismo estructural, todos nos uniríamos y cantaríamos coros de “Kumbaya”.

En lugar de eso, nos despertamos el lunes con un tweet del presidente Trump arremetiendo contra Lee por su discurso de aceptación y lo que Trump calificó de “golpe racista contra su presidente”.

Lo que Lee había dicho era que la contienda presidencial de 2020 se acercaba rápidamente y que todos deberíamos “hacer la elección moral entre el amor y el odio”. No había nada en sus comentarios que pudiera ser visto como un “golpe racista” en nadie, mucho menos en Trump, que no fue atacado ni siquiera nombrado. Pero Lee, por supuesto, es afroamericano, lo que evidentemente es la razón por la que Trump fue tras él.

“BlacKkKlansman” es sobre un momento y lugar donde el racismo se enfrentó con el poder y la astucia, y sin disculpas. Ese es el tipo de lección que debemos aprender en 2019, y habría sido mi elección para Mejor Película.

Lee también debería haber ganado la Mejor Película en 1990, el año en que ganó “Driving Miss Daisy”, por “Hacer lo correcto”, que de alguna manera ni siquiera fue nominada. Después de la ceremonia del domingo, Lee bromeó: “Soy Snakebit. Cada vez que alguien conduce a alguien, pierdo “.

Mi otro candidato para el gran premio fue “Black Panther”, no porque lo consideré un triunfo cinematográfico sino por su tremendo impacto en el mundo del entretenimiento. La verdad de que una película con un director negro y prácticamente un elenco totalmente negro nunca pudo establecer ningún récord de taquilla resultó ser falsa. “Black Panther” es la novena película más taquillera de la historia en todo el mundo; la película de mayor recaudación de 2018 en los Estados Unidos y Canadá; La película de superhéroes más taquillera de todos los tiempos … la lista sigue y sigue.

Las estrellas de ” Black Panther ” Chadwick Boseman y Michael B. Jordan son ahora los mejores hombres de la plataforma. El resto del elenco está repentinamente en alta demanda. Para los cineastas afroamericanos en Hollywood, “Black Panther” no abrió las puertas. Los sopló lejos.

“Roma” de Cuarón estaba destinada a abrir no las puertas sino los ojos, mostrándonos las tribulaciones y la vida interior de un migrante mesoamericano que trabaja silenciosamente como doméstico. Cuarón se abstuvo de comentar el muro fronterizo de Trump el domingo por la noche, prefiriendo, como Lee, dejar que su trabajo elocuente se encargue de hablar.

Sin embargo, a mi no me importa ser explícito. Tenemos un presidente que quiere que América vuelva a ser blanca. Los Oscar de este año llevaron a un espejo a una nación orgullosamente diversa; y mostró por qué la cruzada reaccionaria de Trump está condenada al fracaso.