¡Tengo Ganas de Llorar!

Sophia Vackimes, Coordinadora de Servicios de Emergencia en Español, Ciudad de Renton

Un desastre afecta a una gran cantidad de personas a la misma vez y tiene consecuencias económicas, físicas, y psicológicas que de una manera u otra todos vamos a tener que solucionar a corto y a largo plazo. Uno de los objetivos de esta columna es dar información sobre como prepararnos para imprevistos serios. Sin embargo, todas las acciones que hemos sugerido durante y luego de una situación crítica, hasta este momento han estado dirigidas a los adultos. La manera en que los menores perciben un incidente y su reacción ante él son muy distintos a la reacción que tienen los adultos.

A veces, al tratar de resolver problemas enormes dejamos de lado las necesidades de los niños y niñas pequeñas, porque esencialmente sabemos que están bien, porque hacemos todo lo posible para que ellos no sean afectados por lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Pero el que estemos nosotros presentes no significa que están completamente aislados de un evento. Si bien los podemos proteger físicamente, esto no significa que no estén aterrorizados, o que no tengan un sinnúmero reacciones a futuro sobre lo que está pasando. Muchas veces les es extremadamente difícil expresar sus preocupaciones y las interiorizan y eso puede ser dañino. El proceso de interiorización, el de no expresar lo que sienten durante y después de una catástrofe puede tener serias consecuencias a futuro. Por ello es importante prestar cuidado especial a lo que están percibiendo y ponerles atención especial para poder atender a las necesidades que ellos presenten durante y luego de eventos difíciles. En el fondo, aunque parezcan valientes, o capaces de confrontar una situación difícil, lo más probable es que no sepan dirigir sus emociones a una resolución sana como tratamos de hacerlo los adultos.

Los niños que tienen una experiencia traumática pueden mostrar trastornos mentales a largo plazo si los síntomas que muestran luego de un evento no son tratados de manera adecuada. Muchas veces nos negamos a identificar algunos de ellos pensando que ellos actúan de manera sobresaltada momentáneamente y que se les pasará con algo de tiempo. Algunos síntomas sí son momentáneos, pero otros, si persisten deben ser atendidos por especialistas en psicología infantil porque pueden tornarse en trastornos serios. Los servicios de emergencia del Estado de Washington proveen una lista de recomendaciones sumamente útiles que indican algunos de los síntomas típicos que los menores pueden mostrar luego de un desastre. Hay pequeños que se vuelven sumamente irritables o lloran mucho; se muestran desconsolados y no parece haber nada que los consuele. De igual manera pueden tener cambios fuertes a su conducta habitual, dejando de ser tranquilos o latosos y actuando de manera completamente opuesta a lo que es su personalidad normal. Otros comienzan a actuar de manera más infantil a la edad que tienen mojándose o comenzando a chuparse el dedo. Pueden a la vez mostrar miedo a la obscuridad, miedo al viento, la lluvia y otros fenómenos naturales. Cuando estos síntomas aparecen, ellos se vuelven temerosos y comienzan a no quererse separar de sus padres en ningún momento.

En estos momentos hay que atenderlos asegurándose de que esos sentimientos sean contrarrestados por una sana interacción familiar. Debe incitarles a expresar sus sentimientos utilizando palabras que describan la situación de manera clara para que no la escondan. No se les debe pedir que sean valientes, y si quieren llorar, pues se les debe dejar llorar. Hay que permitirles que se muestren afligidos, tal como lo es el proporcionarles divertimento para que puedan reestablecer el gusto por los juegos y la interacción con otros miembros de su familia. Pero, si usted considera que continúan afligidos en demasía es conveniente buscar ayuda psicológica para evitar que sus malestares se intensifiquen y afecten a su personalidad a largo plazo. Para más información en español acceda a:

https://www.doh.wa.gov/Portals/1/Documents/Pubs/821-001_EmergencyGuide07_Sp.pdf