A salvo de la muerte súbita

Paloma Villanueva,

Agencia Reforma

La imagen del corredor extenuado que se desploma por un infarto puede ser real, pero no es frecuente. No obstante, hay medidas para proteger su salud cardiaca. Considere que el ejercicio es indispensable para mantener la salud, pero someter el cuerpo a esfuerzos excesivos, como sucede al correr una carrera sin entrenamiento previo o chequeo médico, implica un riesgo importante para el corazón.

La muerte súbita cardiaca se produce cuando una persona muere en menos de 30 minutos después de iniciados los síntomas y la causa más común es el infarto al miocardio.

Hay que aclarar que el riesgo es bajo. Ninguna persona que no tenga síntomas debe decidir no hacer ejercicio por miedo a sufrir muerte súbita, porque no hacer ejercicio, por supuesto que pone a su corazón en mucho mayor riesgo.

¿Y quiénes están en riesgo?

Las personas mayores de 35 años, usualmente está relacionada con arterioesclerosis, que es cuando una placa de grasa se deposita en las arterias coronarias y las tapa. Un perfil de lípidos es la prueba de laboratorio que puede ayudar al corredor a saber si está en riesgo de que sus arterias se tapen. Cuando la muerte súbita cardiaca se presenta en personas menores de 35 años, suele estar relacionada con defectos congénitos. Se recomienda investigar si en la familia hay antecedentes de muerte súbita cardiaca y poner mucha atención al cuerpo.

Hay que acudir al cardiólogo si al realizar ejercicio intenso hay síntomas como:

Dolor de pecho, mareos, desmayos, ritmo cardiaco excesivamente acelerado que después vuelve a la normalidad.

Nadie debe participar en una carrera sin haber entrenado por lo menos durante cuatro meses.

“El entrenamiento debe ser paulatino y de preferencia supervisado por un entrenador.