El secreto de los ‘milagros’

Natalia Vitela y Dulce Soto,

Agencia Reforma

La sugestión es tan poderosa que ayuda a aliviar enfermedades físicas y mentales, aunque sea de manera temporal, y de ello se han valido los creadores de productos milagro para engañar a sus consumidores.

“Con el efecto placebo se logra que si a una persona le dices: ‘Esta píldora te va a quitar el dolor, se le quite el dolor, aunque lo único que contenga es almidón con azúcar. “El simple hecho de que piense que el medicamento es muy bueno y le va a quitar el dolor hace que el cerebro secrete ciertas señales, ciertos mecanismos químicos que pueden tener un efecto terapéutico”, explica Alejandro Nenclares, psiquiatra y gerente médico del sistema nervioso central para Pfizer México. Señala que el consumidor debe desconfiar de publicidad engañosa y dudar de los efectos de un producto cuando prometa efectos curativos extraordinarios. Se deben cerciorar de que son productos con sustento científico y consultar al médico. Indica que aún no se entiende por completo la fisiología del efecto placebo, pero se están haciendo estudios para identificar las zonas del cerebro implicadas. Menciona que este efecto se desarrolló como mecanismo de sobrevivencia.

“Cuando no había una gran cantidad de tratamientos y de estrategias para curar algunos síntomas y males, el hecho de que se acercara algún familiar y te diera a beber algo que te ayudara a sentirte mejor, aunque no tuviera un efecto terapéutico, te permitía sobrevivir”, detalla. Explica que la mejoría que proporciona el efecto placebo puede durar desde minutos hasta meses. Cuando el dolor se produce porque hay daño en algún tejido, el efecto es muy pasajero, precisa.

En cambio, hay estudios con antidepresivos que muestran que en este caso el efecto dura mucho más tiempo.

“Hay pacientes que responden a placebo hasta tres meses y realmente no están recibiendo ningún efecto terapéutico”, afirma. De acuerdo con el experto, el efecto placebo es fundamental en la investigación clínica de los fármacos para comprobar la eficacia del medicamento. “A un número de pacientes le das tu medicamento y a otro el placebo. Si en los dos encuentras el mismo resultado significa que tu medicamento no funciona”.

El riesgo

Al respecto, Óscar Galicia, jefe del laboratorio de procesos básicos e investigación en neurociencias de la Universidad Iberoamericana, señala que el efecto placebo ayuda a disminuir ciertos estados de ansiedad y de estrés asociados al trastorno, pero no lo va a curar.

“La persona se siente como más tranquila de que está haciendo algo por su mal, pero, claramente, no está haciendo lo correcto.

“Entonces, no va a tener una mejoría significativa en su estado de salud mental y, adicionalmente, corre el peligro de que se agrave”, indicó.