Protege tu deseo

Dulce Soto

Agencia Reforma

La aparición de una enfermedad crónica, como la diabetes, no debe limitar la vida erótica de las parejas, advierte la sexóloga Karla Barrios.

El miedo a lastimar o agravar la salud de la pareja enferma, o a no gustarle si se tiene el padecimiento, suelen ser los motivos que complican la vida sexual, explica la especialista.

Sin embargo, la sexualidad no se basa sólo en penetración, aclara, implica vivir el erotismo con caricias, besos, coqueteo y seducción.

Compartir actos eróticos con la pareja ayuda a que la enfermedad sea más llevadera porque el bienestar emocional se construye de experiencias placenteras, agrega la especialista.

“Cuando tenemos situaciones de estrés o enfermedad, algo que ayuda es equilibrar las emociones mediante experiencias placenteras. Esto ayuda, además, a que nuestro sistema inmunológico esté mejor”, afirma.

Antes de negarse a la sexualidad por una enfermedad crónica, la psicoterapeuta aconseja evaluar con el médico en qué situación se encuentra el paciente, preguntar cómo cambiará su rutina y qué puede hacer para no dejar de lado su vida erótica sin complicar su salud.

Complicaciones

Varios pacientes con diabetes sufren disfunción eréctil como consecuencia de la enfermedad, pero para la psicóloga esto puede ser una oportunidad de que la pareja replantee cómo vive su sexualidad.

“Es plantearse: qué me ha faltado que ahora puedo integrar, es retomar mi cuerpo, reencontrarme conmigo, contigo y con las sensaciones”.

Las opciones

Horacio Sánchez, médico de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, detalla que la resequedad vaginal y la falta de deseo son las principales disfunciones sexuales que experimenta una mujer con diabetes.

Pero a la fecha existen opciones farmacológicas para tratarlas, aunado a la ampliación de las formas con las que puede disfrutar la sexualidad, como lubricantes a base de agua.

Para la disfunción eréctil, agrega, cada vez hay más medicamentos que toman en cuenta aspectos como el riesgo cardiovascular, de tal forma que el paciente no se ponga en riesgo.