Sufre de ansiedad 1 de cada 10 niños

Andrea Menchaca

Agencia Reforma

Imagina un patio escolar durante un receso. A la mente vendrá, probablemente, una escena de niños jugando y no la de pequeños exageradamente preocupados, tensos e irritables.

Sin embargo, ésta también es una realidad: los trastornos de ansiedad son el problema de salud más común en niños y adolescentes.

“Se estima que uno de cada cinco niños padece ansiedad”, indica Julia Gallegos, profesora del Departamento de Psicología y Posgrado en Educación de la UDEM.

El Instituto Nacional de Salud Mental, en Estados Unidos, señala que aunque los diferentes trastornos de ansiedad tienen distintos síntomas, en todos está presente un temor o pavor irracional y excesivo.

La Organización Mundial de la Salud señala como estrategia efectiva contra la ansiedad el fortalecer la capacidad a sobreponerse al dolor emocional y enseñar las habilidades cognitivas.

“El mundo ideal sería que todos los niños tuvieran una enseñanza efectiva de habilidades sociales y emocionales”, expresa Gallegos, quien el viernes participó en la 30 edición de la conferencia anual de la Anxiety Disorders Association of America, en Baltimore, Estados Unidos.

Niños ansiosos

En un estudio realizado en la Ciudad de México casi el 40 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 17 años reporta un trastorno psiquiátrico cada 12 meses.

“Los trastornos de ansiedad fueron los más frecuentes”, indica el artículo publicado en 2008 en el Journal of Child Psichology and Psychiatry.

El Instituto Nacional de Salud Mental señala que a diferencia de la ansiedad relativamente leve y transitoria, causada por un evento estresante, como hablar en público, los trastornos de ansiedad duran por lo menos seis meses y pueden empeorar si no se tratan.

Cuando el menor siente una preocupación persistente, miedo, angustia y tensión hay un trastorno de ansiedad .

“Les pueden sudar las manos, temblar las piernas, dolerles la cabeza y no pueden dormir”, indica Gallegos. Quizá el niño hizo su mejor esfuerzo, le fue bien, pero para él no es suficiente y se preocupa porque quiere ser perfecto, ejemplifica la educadora.

“En el aprendizaje vemos algunas dificultades, como que no tiene las estrategias para resolver los problemas de manera adecuada, y no tienen bien fijos o establecidas sus redes de apoyo”, agrega.

“Muchas veces los niños que tienen síntomas de ansiedad no saben a quién pueden acudir, con quién pueden contar, a quién le pueden contar algo positivo o una situación difícil”.

Los eventos traumáticos, el temperamento del niño o si sus padres padecen ansiedad, son factores de riesgo que influyen para el desarrollo de un trastorno de ansiedad.

“Si naces con sensibilidad fisiológica no lo puedes cambiar, uno de cada cinco niños nacen con ese temperamento”, señala la becaria Fullbright.

La ansiedad puede manifestarse de diferentes formas.

Los desórdenes más comunes son el trastorno de ansiedad generalizado, que se caracteriza por la preocupación excesiva y miedo a eventos pasados o futuros; el trastorno de ansiedad de separación, pavor por estar lejos de sus cuidadores o casa; y fobias específicas a un objeto o situación.

También está el trastorno de estrés postraumático; la fobia social, el miedo a ser humillado frente a otras personas; y el ataque de pánico, caracterizado por ataques repentinos de terror.

Consecuencias

Cuando a un niño no lo tratas a tiempo tiene mayor probabilidad de seguir practicando patrones de conductas no convenientes.

“Se estima que el 60 por ciento de los problemas escolares está relacionado con ansiedad”, señala Gallegos. La ansiedad también puede afectar las relaciones interpersonales e incrementa el riesgo de abuso de substancias.

Para tener niños felices, seguros y valientes, enséñalos a:

Ÿ Identificar sus sentimientos Que hable de cómo se siente y cómo cree que se sienten los demás Ÿ Relajarse. Hacerle ver que todos pueden sentir preocupación, tristeza o enojo, lo que importa es lo que hace con esos sentimientos Ÿ Identificar ideas positivas. Que diga cuáles son sus cualidades y las de los demás Ÿ Tener soluciones y planes para afrontar una situación. Decirle que a veces no basta con pensar positivo y relajarse. Que aprenda a dividir metas en pequeños pasos. Ÿ Premiar su esfuerzo. Aunque no salgan las cosas como quiere, que se premie por su esfuerzo con un halago, el abrazo de sus papás o de un amigo.