Bisbal conquista al Teatro Real

Carlos Rubio

Agencia Reforma

El cantante almeriense David Bisbal conquistó el máximo coso de la música española, el Teatro Real, donde ofreció un concierto en el que repasó sus grandes éxitos y bordó algunos temas emblemáticos de la música popular iberoamericana de los últimos 60 años.

Ante más de 7 mil espectadores, en su mayoría mujeres, que abarrotaron el templo de la ópera española, el cual abrió por primera vez sus puertas a un cantante local de música pop, Bisbal tejió una actuación íntima.

Su trabajo fue muy cercano al público, hizo un viaje en el tiempo con las canciones que han formado parte de su educación sentimental, engarzándolas con los grandes hits de sus 10 años de carrera.

Fue para él una celebración que quiso dejar para la posteridad, ya que de esta actuación saldrá un disco en edición de lujo con un DVD que se editará en Navidad, y con el que el artista español cerrará su gira acústica que le ha llevado ya por toda España y Latinoamérica.

El concierto comenzó pasadas las 21:00 horas, cuando en el Real se respiraba mucha expectación y en el escenario sonaron las primeras notas de una guitarra flamenca que templó la emoción para dar paso a una ovación de pie en el momento en que Bisbal apareció vestido con esmoquin negro.

El cantante comenzó por soleá con “Almería Tierra Noble”, un homenaje a su tierra natal en el que jugó con el falsete gitano. “Es un sueño estar aquí, en esta catedral”, dijo Bisbal, quien inició su viaje musical con “Amar Es Lo que Quiero” y “El Ruido”, demostrando que en las distancias cortas, con un piano y dos guitarras por compañía, podía absorber el silencio casi sacramental del gigantesco escenario del Real, que se había vestido de salón de lujo con candiles salpicados en lo alto. La siguiente estación la dedicó a México con la canción de María Grever, “Te Quiero, Dijiste”, en un tour en el que hubo otro guiño al País cuando interpretó “Adoro”, de Armando Manzanero.

El segundo tercio del concierto dio paso al ritmo con temas como “Lloraré las Penas”, en el que no escatimó dar saltitos típicamente suyos, pasando por versiones swing de “Esta Ausencia” o baladas puras como “Me Derrumba”.

Pero el signo del concierto era el repertorio intimista y fue al corazón del público cuando cantó una versión de “En Un Rincón del Alma”, de Alberto Cortéz, para emocionar hasta las lágrimas a sus incondicionales con “La Primera Vez”.

Antes de entrar en la recta final, Bisbal estrenó dos temas cedidos por Alejandro Sanz, su amigo y compadre. “Doy la Vida” y “Sombra y Luz” se titulan ambos temas.

Cantó también el clásico de Joan Manuel Serrat, “Lucía”, que emocionó a todos.

El concierto osciló entre el ritmo templado que en ningún momento se despegó del guión intimista y los alardes vocales de Bisbal en las piezas “Luna”, “Quién Me Iba a Decir” o “Silencio”.

Pero la noche tenía un broche de oro triple, que llegó de la mano de un tema de Sanz, “Y si Fuera Ella”, que encendió al propio Bisbal, para terminar con “Mi Princesa” y el festejadísimo “Esclavo de Sus Besos”, que supuso la apoteosis de la fanaticada para una noche en la que el repertorio puso de relieve una dimensión inédita de David Bisbal.