27 años a hombre por porno infantil

WORCESTER,

Massachusetts, EE.UU. (AP)

Un hombre de Massachusetts que chateó en línea con otros hombres sobre su deseo de secuestrar, violar, matar y comerse niños fue sentenciado el martes a casi 27 años de prisión después que los fiscales mostraron fotos de una mazmorra construida en un sótano, un ataúd de tamaño infantil, cuchillos y dispositivos metálicos de restricción corporal como esposas.

Geoffrey Portway, de 40 años y residente de Worcester, fue sentenciado a 26 años y 8 meses de prisión, poco menos de la condena de 27 años y tres meses que solicitó la fiscalía.

La fiscal federal adjunta Stacy Dawson Belf dijo que las conversaciones recuperadas de la computadora de Portway muestran que pidió ayuda para un secuestro con intención de violar, matar y comerse a un menor.

Belf disputó argumentos del abogado de Portway de que sólo estaba fantaseando y no tenía intenciones de hacer las cosas que describió en línea.

Belf leyó fragmentos de uno de sus chats y dijo que Portway había reunido todo lo que necesitaba para llevar a cabo su plan, excepto el menor.

“Quiero comerme… a los dos niños que me traerás”, atribuyó Belf a Portway. “Quizás no será hoy, pero ocurrirá.

Yo sólo vivo para esto… esto es en serio.

Es lo único que me hace levantarme en la mañana”.

Belf dijo que Portway “sólo puede alegar fantasía porque no llegó a hacerlo”.

Richard Sweeney, el abogado de Portway, dijo que el sótano del acusado era un “teatro”, no una mazmorra, y dijo que Portway lo usaba como parte de su “mundo de fantasía”.

“Entraba al lugar y hacía sus fantasías, en la intimidad de su casa”, dijo Sweeney.

El abogado agregó que Portway, programador informático, nunca trató de colocarse en una situación en que tuviera contacto con niños y “nunca le puso la mano encima a ningún menor”.

“En el caso del señor Portway, hay pornografía, hay fantasía, pero no hay ningún niño”, dijo Sweeney, agregando que el acusado tuvo una “vida difícil” después de darse cuenta cuando era niño que era gay.

Con la sensación de que sus padres y amigos no lo aceptarían, comenzó a refugiarse en un mundo de fantasía, dijo Sweeney.