Centros de detención, trago amargo para indocumentados

LUMPKIN, Georgia (AP) –Como todos los centro de detención del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, según sus siglas en inglés), el Stewart Detention Center de este condado rural del sudoeste de Georgia genera intensos debates. Los defensores de los derechos de los indocumentados dicen que estos reciben un trato inhumano, que refleja las fallas del sistema, en tanto que el ICE niega cometer excesos y muchos estadounidenses irritados con la presencia de tantos indocumentados están a favor de una política de envío rápido de vuelta a sus países. En medio de un debate tan apasionado, cuesta a veces comprender por lo que pasan las personas detenidas en estos centros. Los presos tienen poca libertad de movimiento. Solo pueden circular por un área común de sus pabellones, excepto durante la noche, desde las 23.00 hasta las 05.00, y cuando se hace la cuenta de los reclusos, lo que ocurre varias veces por día. Pueden pasar una hora y veinte minutos diarios en un jardín rodeado de muros altos, con alambres de púas en la cima. “Trato de no pensar mucho. Paso la mayor parte del tiempo estudiando la Biblia”, declaró un detenido, Gilberto Vázquez Ovalles. Vázquez es un mexicano de 34 años que vive ilegalmente en el país desde diciembre del 2004. Trabajaba en la cocina de un restaurante y en cuatro ocasiones la policía lo detuvo por manejar sin licencia de conducir. En la cuarta, a mediados de enero, lo arrestó y lo envió al Stewart. En entrevistas con la AP, arregladas por una organización que defiende los derechos de los inmigrantes, Vázquez y otros dos detenidos dijeron que no los tratan mal. Indicaron que algunos guardias gritan sin razón, pero que la mayoría son gente correcta. La comida no es buena, pero tampoco es tan mala. Su mayor frustración es la lentitud con que se procesan sus deportaciones. Los funcionarios del centro dicen que un detenido pasa entre 30 y 45 días preso, pero los tres entrevistados por la AP llevaban más de seis semanas. Michael Webster, subdirector de la oficina del ICE en Stewart, dijo que la duración de la estadía depende del sistema legal del servicio de inmigración. Grandes retrasos en el procesamiento de los casos, combinado las demoras de los gobiernos de otros países en suministrar los documentos necesarios, hacen que las estadías de numerosos detenidos sean prolongadas. La queja más común de los detenidos es la falta de información acerca de lo que sucede con sus casos y la escasa predisposición de los empleados del gobierno para responder a sus preguntas, según Adelina Nicholls, directora ejecutiva de la Georgia Latino Alliance for Human Rights (Alianza Latina de Georgia por los Derechos Humanos). “Esto es un asunto de derechos humanos”, sostuvo. Cada caso debe ser evaluado en un plazo de 72 horas cuando llegan al centro. Stewart, que admite solo hombres, puede alojar hasta 1.924 personas. La cantidad de detenidos varía constantemente, pues hay un flujo permanente de gente que llega o se va. Un lunes reciente había 1.699 detenidos. Una constante es el país de procedencia de los detenidos: Casi la mitad son de México, un 10% de Guatemala, otro 10% de Honduras y un 5% de El Salvador. El resto proceden de otros países. Stewart es administrado por la Corrections Corporation of America, empresa privada de Nashville, que cuenta con 340 empleados en el centro, a los que se suman unos 60 empleados del ICE. Defensores de los indocumentados dicen que con frecuencia no hay razón para detener a las personas, porque son sorprendidas cometiendo infracciones menores, como manejar sin licencia de conducir, que rara vez implican su arresto.