El alto riesgo de ser periodista

Jorge Ramos

Hay una necesidad urgente de periodistas críticos e independientes para evitar que se desmoronen las democracias en América Latina. En México, Guatemala y Venezuela hay tres ejemplos extraordinarios en el periodismo — pocos — que están haciendo las preguntas incómodas y las investigaciones a fondo que, en realidad, les correspondería hacer a las autoridades y a la policía. Pero como nuestros sistemas de justicia son tan débiles y corruptos, esa labor fiscalizadora ha quedado casi totalmente en la actividad de unos cuantos reporteros y entrevistadores. Empecemos con México, donde la periodista Carmen Aristegui — de CNN en Español, MVS y el diario mexicano Reforma — entrevistó al ex presidente Miguel de la Madrid (1982-1988). Eso es noticia, porque los ex presidentes mexicanos suelen ser mudos, desmemoriados o las dos cosas. De la Madrid, antes de retractarse por motivos de salud, acusó a otro ex presidente, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), de corrupción y enriquecimiento ilícito. Pero lo verdaderamente surrealista es que las acusaciones de De la Madrid no culminaron en ninguna investigación oficial ni en un serio debate en el Congreso. No pasó nada. Y el gobierno del presidente Felipe Calderón se quedó callado. A veces parecería que en México nunca pasa nada. ¿Tienes miedo? le pregunté a Aristegui. El miedo inmoviliza y yo no quiero que ni mi tarea, ni la de mis compañeros periodistas, esté inmovilizada por el temor, me contestó. México es un país en donde la tarea periodística es una tarea de alto riesgo; lo digo por los colegas periodistas que han sido asesinados en una lista ya demasiado larga, con una impunidad rampante. En Guatemala también fue otro periodista quien sacó a la luz lo que muchos hubieran preferido esconder. El periodista y conductor radial de Emisoras Unidas, Mario David García, dio a conocer el vídeo en el que el abogado Rodrigo Rosenberg acusa al presidente Alvaro Colom de su muerte. Rosenberg, padre de cuatro hijos, fue asesinado frente a su casa hace unos días. Su muerte ha sumido a Guatemala en una grave crisis política. García grabó ese vídeo con Rosenberg el jueves 7 de mayo como un testimonio periodístico. Ese testimonio ha hecho que la oposición pida que Colom deje la presidencia, al menos mientras se realizan las investigaciones. Pero ahora García siente que hay una campaña de persecución e intimidación en su contra. Alberto Federico Ravell, el director general del canal de televisión Globovision en Venezuela, también sabe lo que es ser perseguido. Este es un canal que lleva 10 años amenazado por el presidente Chávez, me comentó desde Caracas. Y en vez de haber bajado la guardia, decidimos dar la pelea y defender la democracia. Hugo Chávez ha amenazado con cerrar Globovisión, uno de los pocos medios periodísticos independientes en Venezuela. Y esto es lo que el presidente venezolano ha dicho, concretamente, sobre Ravell: Es un loco con un cañon. Lo digo yo: Eso se va a acabar. O me dejo de llamar Hugo Rafael Chávez Frías. Pero Ravell no se va. Ravell se queda a luchar por los poquitos espacios libres que aún quedan para la prensa independiente en Venezuela. No hay democracia sin periodismo libre. Y en una época en que muchas democracias latinoamericanas han dado una vuelta hacia el populismo y el autoritarismo, corresponde a los periodistas denunciar los abusos de los que tienen el poder, dentro y fuera del gobierno.