El copresidente del comité de la toma de posesión presidencial insta a los estadounidenses a participar en el Día Nacional del Servicio en columna escrita para La Opinión

El Alcalde Eric Garcetti pide que conmemoramos el aniversario de Martin Luther King Jr. siguiendo el ejemplo de su llamado: haciendo actos de voluntariado. “El desafío de la hora –– Un llamado a servir” fue escrito por el Alcalde Garcetti para La Opinión en anticipación al Día Nacional del Servicio el 18 de enero de 2021.

Léalo por completo:

La Opinión: “El desafío de la hora” –– Un llamado a servir

[Por el Alcalde Eric Garcetti, 15 de enero de 2021]

“Todo el mundo puede ser grande porque todo el mundo puede servir… Sólo necesitas un corazón lleno de gracia, un alma creada por el amor”.

Cuando el reverendo Martin Luther King Jr. dijo esas palabras desde el púlpito de la Iglesia Bautista Ebenezer el 4 de febrero de 1968, había visto mucho en su vida. La bilis racista de Jim Crow. Boicots en autobuses, protestas y viajes por la libertad. El interior de una celda de la cárcel de Birmingham. Las palizas de Selma seguidas por un glorioso cruce del puente. El terror de la segregación igualado por la belleza de una marcha en Washington.

Y en sólo dos meses, la vida de este gran sanador estadounidense sería tronchada por la bala de un asesino, por una manifestación violenta de un odio milenario.

La incapacidad y la falta de voluntad de demasiados en nuestro país para vivir de acuerdo al significado de nuestro credo podrían haber debilitado la fe de cualquiera. Pero no la del Dr. King. Él tenía una respuesta: Gracia. Amor. La grandeza encarnada por el servicio.

Cada año, conmemoramos el aniversario de su natalicio siguiendo el ejemplo de su llamado: organizando un Día Nacional del Servicio, donde las comunidades se unen para ofrecer comidas a los hambrientos, un techo y ayuda para las personas sin hogar, una mano amiga a los pobres, los oprimidos, los marginados, los estudiantes y la gente que lucha con los desafíos de salud mental. Le mostramos, a quienes con demasiada frecuencia han sido descuidados, que los vemos, los escuchamos y su dignidad está ligada a la nuestra.

Tal vez en ningún otro momento de la memoria reciente hemos necesitado convocar a ese espíritu más que ahora. El Día del Servicio de este año llega en un momento de esperanza y horror. Dos días antes de la toma de posesión de un nuevo presidente y vicepresidenta, listos para traer empatía y sanación a nuestra nación. Sin embargo, también en medio de una pandemia sin precedentes que nos ha arrebatado demasiado a muchos de nosotros, nuestra salud, nuestros salarios, nuestra sensación de seguridad, y la vida de nuestros seres queridos.

Como lo fue para Dr. King, el servicio sigue siendo la medicina más poderosa de nuestra sociedad.

La acción del gobierno para derrotar al COVID-19 es vital, y no tengo ninguna duda de que Joe Biden y Kamala Harris traerán el liderazgo que necesitamos a nivel federal. Pero probablemente, más esencial que todo es lo que hacemos para ayudar en nuestra propia comunidad. Cómo damos un paso al frente. Cómo, juntos, servimos.

Cualquiera puede encontrar una oportunidad para ayudar dondequiera que esté, y hacerlo de una manera segura. Pueden crear tarjetas para pacientes que se recuperan de una enfermedad, escribir cartas a los residentes en los hogares de ancianos, leer a los estudiantes, llenar un carrito de compras virtual para una familia militar. Pueden asistir a actividades con distanciamiento social, como hacer donaciones de alimentos “sin contacto” o unirse a un grupo para una limpieza del vecindario.

Aquí en L.A., las personas pueden ayudar a Unique Markets a crear paquetes con alimentos para médicos y enfermeras de primera línea y personal de servicios de salud. O unirse a L.A. Works en proyectos de voluntariado para promover la equidad racial. O ayudar al Proyecto Angel Food a preparar comidas saludables para familias vulnerables. O elegir entre una larga lista de posibilidades en https://bideninaugural.org/day-of-service/, porque en nuestra ciudad, el servicio está en nuestro ADN, y sabemos que la parte más importante de esto es simplemente decir presente.

Y tenemos que recordar algo que el Dr. King sabía muy bien, que el servicio no es un esfuerzo de un día, sino un compromiso de por vida y una causa nacional. Así que al igual que el Cuerpo de Conservación Civil y el Cuerpo de Paz, AmeriCorps y el Cuerpo de Maestros, es hora de un Cuerpo de CARES: una coalición de gobiernos y trabajadores locales, departamentos de salud de ciudades y condados, profesionales médicos, empresas y jóvenes, todos respaldados por fondos federales, creados para detener el COVID-19 ahora y reconstruir nuestra economía mejor que nunca.

Un Cuerpo de CARES traduciría el espíritu del Día del Servicio en una campaña durante todo el año, equipándonos con las herramientas para ampliar las pruebas y la distribución de vacunas; evitar reducciones drásticas de los servicios en nuestras ciudades, condados y estados; y preparar a los trabajadores desempleados con capacitación laboral, pequeños negocios más exitosos con programas de préstamos, y comunidades con soluciones que se adapten a sus necesidades únicas.

No importa el ámbito o el entorno, la política o el programa, tenemos la oportunidad de estar a la altura de la forma más verdadera de democracia: participar en una causa más grande que nuestros propios intereses y entrelazarnos con hilos comunes de equidad y justicia.

Ese es el ejemplo que podemos extraer del movimiento por los derechos civiles, el recordatorio de que, incluso en tiempos de oscuridad, tenemos el poder de abrir la puerta a un amanecer de libertad.

En mayo de 1964, el Dr. King llevó ese mensaje al histórico Memorial Coliseum en Los Ángeles, diciendo a una multitud de miles de personas que “ahora es el momento de hacer realidad las promesas de la democracia. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. “Esto”, nos imploró, “es el desafío de la hora”.

Martin Luther King Jr. no tenía ilusiones sobre el dolor de su propio momento. Ni nosotros. Pero si su diagnóstico de los desafíos les suena familiar, también debe ser su tratamiento: Actos de resistencia. Actos de voluntariado, compasión y generosidad. Actos de servicio.