Explota la Red al máximo

Ana Belén Negrete

Agencia Reforma

“Hace 20 años no estábamos hablando de ninguna de estas cosas y ahora estamos hablando de todas al mismo tiempo”, comenta Juan Carlos Olmedo Estrada, director del Departamento de Estudios Culturales del Tec de Monterrey campus CCM, “de comunidades virtuales, de la generación de contenidos, del acceso a través de, por ejemplo las redes sociales, la forma de compartir toda la información. Entonces, tenemos muchísimos elementos de apoyo”.

Y es que, si aprendes a seleccionar la información con rigor, más allá de Wikipedia podrás encontrar un sinfín de herramientas que te facilitarán el trabajo académico y te ayudarán a enriquecer tu paso por la universidad. Aquí te damos algunos ejemplos.

Cursos online masivos abiertos o Moocs

Los Moocs son una gran oportunidad que ofrece la Red, explica Olmedo Estrada. Son cursos en línea gratuitos que ofrecen las universidades más prestigiosas al público en general.

“Los tiene el MIT, tiene Stanford, tiene Yale, son cursos que están creando aquí el mismo Tec de Monterrey”.

El académico explica que algunos de estos cursos exigen que los estudiantes se inscriban y se registren, para que después se haga un seguimiento de su participación en el curso.

“Cuando las universidades obtienen algún beneficio es cuando el estudiante quiere un documento que certifique que tomó ese curso y lo aprobó”.

Para estar seguros de la calidad de las clases que se pretenden seguir, Olmedo Estrada recomienda investigar sobre la universidad que las oferta y acerca del currículum de los académicos que las imparten.

Existen plataformas com Miríada X y Coursera que ofrecen Moocs de varias universidades de gran prestigio a nivel internacional y organizaciones como Khan Academy que ofertan clases online gratuitas de múltiples temas.

Además, hay universidades que ofertan estos cursos desde sus propias webs, como Open Yale Courses, Stanford Online, Berkeley Resource Center for Online Education, Distance Education: Online Courses at Harvard o MIT OpenCourseWare.

Comunidades de traducción

Los traductores automáticos no son eficientes, ya que hacen traducciones literales y no registran la intencionalidad del texto original, advierte Juan Carlos Olmedo Estrada.

Recomienda como solución integrarse en las comunidades virtuales de traducción de información.

“Grupos virtuales, en donde personas que hablan todos los idiomas del mundo, se comunican a través de uno, que sigue siendo el inglés y pueden generar comunidades donde un documento en inglés puede ser traducido al español, al chino”.

Dentro de estas comunidades, hay empresas o asociaciones de traductores “freelance” que ofrecen sus servicios a cambio de un pago, pero también hay comunidades en las que se ofrecen servicios voluntarios o se intercambian unos trabajos por otros.

“Los típicos traductores que había antes, que tú le dabas el trabajo y él te lo traía y era un experto. Ahora, hay miles de estos en línea”.

El único inconveniente es que el inglés es el idioma predominante y en el que se suelen pedir los textos originales para su posterior traducción, por lo que el académico recomienda dominar este idioma.

Cucumis, Traduwiki o Adobe TV Community Translation (para videos) son algunas de estas comunidades en la que podrás traducir tus documentos de manera gratuita.

Bases de datos digitales

Para evitar perdernos en la Red y asegurarnos de que la información con la que trabajamos es fiable, lo más recomendable es realizar la búsqueda en bases de datos universitarias, explica Luis Inclán Cienfuegos, Académico Titular en la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero de la Universidad Iberoamericana.

El experto recomienda utilizar la base de datos Redalyc, de la Universidad Autónoma del Estado de México, a nivel nacional, y doaj.org, a nivel internacional.

Estas bases ofertan artículos académicos, acceso a revistas de investigación y a periódicos, y cuentan con sistemas de control que garantizan la calidad de sus contenidos.

“Son los controles que siempre se han aplicado en las fuentes académicas. Se envía un artículo, el artículo se valida por dos expertos. Se dice que es una dictaminación ciega porque esos expertos no saben quién escribe el artículo. Entonces, se evalúa únicamente el contenido, no si es un conocido o un enemigo, incluso. Y, a partir de eso, ellos deciden por los méritos del texto si se publica o no. Si es información científica se valida, se replica en laboratorios para ver si da los mismos resultados y, en ese caso, pues se publica la información”.

Siete consejos para no perderte en la Red.

José Luis López Aguirre, doctor en Ciencias de la Información, aconseja seguir los siguientes pasos para evitar navegar sin rumbo por Internet.

1. Definir la necesidad informativa. Para conseguirlo hay que responder a estas dos preguntas: ¿qué sé del tema? y ¿qué necesito buscar?

2. Identificar los elementos clave para realizar la búsqueda, a través de las siguientes preguntas: ¿cuál es el tema?, ¿cuáles son los elementos clave?, ¿quiénes son lo actores del tema?, ¿en qué periodo de tiempo se va a centrar la investigación? y ¿cuál es la ubicación geográfica del tema?

3. Precisar la búsqueda y evitar usar terminología vaga.

4. Elegir en qué idioma o idiomas se realizará la búsqueda.

5. Establecer el tipo de información que necesitas de acuerdo a la naturaleza de la investigación. Es decir, determinar si necesitas imágenes, audio, videos, artículos de periódicos, documentos académicos, estadísticas, informes, leyes o una presentación de diapositivas.

6. Determinar en qué fuentes y recursos digitales vas a buscar la información. Estas pueden ser bibliotecas digitales, buscadores, SlideShare, videos o Google Maps, entre otros.

7. Después de realizar la búsqueda, evaluar los resultados obtenidos.

Tips:

Refinar la búsqueda usando operadores booleanos (qué es esto).

Utilizar las herramientas de búsqueda avanzada en Google.

Aprender a reconocer los dominios (.edu, .org, .mx, etc).

Más allá de Google

El Doctor José Luis López Aguirre recomienda no limitar la búsqueda a Google y utilizar otras herramientas. Estos son algunos ejemplos de las alternativas a las que puedes recurrir.

Altavista. Es el buscador más antiguo de la Red.

www.cuil.pt. Es un buscador que tiene más capacidad de indexación de datos que Google.

Global Expert Finder. Sirve para localizar expertos en la Red. También puedes usar para esto Linkedin o el buscador de Twitter.

Icerocket.com. Permite hacer búsquedas en blogs y redes sociales.

Kioscos o directorios de medios impresos. Te permiten acceder a periódicos en tiempo real de todo el mundo. Algunos ejemplos son Kiosko.net, Orbyt y onlinenewspapers.com

Biblioteca Digital Mundial (www.wdl.org/es). Fue creada por la UNESCO con el objetivo de compilar recursos de numerosas bibliotecas digitales en todo el mundo, en un solo repositorio digital. Te permite hacer búsquedas por temas de manera cronológica, por países, por acervo, por lenguaje, por tipo de contenidos (si quieres videos, si quieres mapas, si quieres fotografías, si quieres imágenes).

Metabuscadores. Son buscadores que hacen búsquedas simultáneas en varios buscadores. Algunos de estos son Ixquick, Kartoo o MetaCrawler.