Izquierda y derecha critican plan de inmigración

ERICA WERNER

The Associated Press

(AP) — Para algunos conservadores, el nuevo proyecto de ley de reforma migratoria que acordó un grupo bipartidista de ocho senadores es una amnistía.

Para algunos defensores de la inmigración, el plan es innecesariamente muy severo.

La propuesta bipartidista atrajo críticas el martes, tanto de la derecha como de la izquierda, lo que ha llevado a algunos miembros de la “Banda de los Ocho”, que la redactaron, a concluir que van por el camino correcto.

“Esto tiene algo para que todo el mundo la odie”, dijo el senador Jeff Flake, republicano por Arizona. El senador demócrata Chuck Schumer, afirmó: “Nadie consiguió todo lo que quería”.

Schumer y otro líder de la iniciativa, el senador republicano John McCain, se reunieron el martes con el presidente Barack Obama para informarle sobre el proyecto de ley, una de las prioridades del mandatario en su segundo mandato. Obama emitió una declaración después de la reunión en el que apoyó los esfuerzos del Senado y llamó a tomar acciones concretas.

“Este proyecto de ley es claramente un punto intermedio y nadie va a conseguir todo lo que quería, incluyéndome, pero coincide en su mayor parte con los principios que he presentado repetidamente para una reforma migratoria”, dijo Obama.

“Estas son medidas de sentido común que la mayoría de los estadounidenses apoya. Exhorto al Senado a procesar este proyecto de ley rápidamente y, como les dije a los senadores Schumer y McCain, sigo dispuesto a hacer lo que sea para garantizar que la reforma migratoria integral se convierta en una realidad lo antes posible”, agregó.

La nueva legislación busca reformar radicalmente el sistema de inmigración de Estados Unidos: anuncia el comienzo de nuevos programas de visas para trabajadores de baja y alta cualificación, requiere un enfoque nuevo y estricto sobre la seguridad fronteriza, instituye un nuevo requisito de que todos los patrones verifiquen el estatus legal de sus trabajadores, y abre un camino hacia la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes que están en el país de forma ilegal.