Richard Romero: Un Peruano comprometido con la comunidad Latina

Por Camilo Molina,

La Raza NW

A Richard Romero se le escucha una voz tranquila y se le observa una media sonrisa que entre sale de su barba; charla con la estática seriedad de un hombre que sabe lo que quiere decir o, lo que es mejor, que es lúcido en el manejo de las palabras.

De origen peruano, su historia en los Estados Unidos arrancó en los comienzos de los años 70, en Los Angeles, California, a la edad de 4 años, con su madre y su hermano. A pesar de la corta edad, de ser un niño que no terminaba de entender muy bien las dimensiones de su nueva vida y la distancia que se abría con el breve instante de su vida en Perú, Richard se enfrentó desde la línea de partida con los numerosos obstáculos del inmigrante; el idioma, la nueva escuela, las nuevas calles, el sentido que tiene ser un extranjero y aprender a no reaccionar a eventuales comentarios acerca de su origen o de su nombre.

“El primer día de kindergarten mi mamá me dejó allí y yo aun no hablaba nada de inglés. Lo recuerdo como si fuera ayer, estaba muy nervioso porque, primero entraba a una nueva escuela y segundo no entendía el lenguaje que se hablaba… en realidad, hoy en día no recuerdo muy bien como aprendí a hablarlo. Luego en la escuela, asistí a una escuela católica de mayoría blanca y eso fue difícil siendo un inmigrante que hablaba español; a veces ellos no entendían muy bien que era un inmigrante, quién era yo” “Recuerdo que cuando llegué al octavo grado mi mamá quería que yo continuara en la escuela y la directora, una monja, se acercó a mi mamá y le recomendó que no desperdiciara su dinero en educación privada, porque no suponía que yo fuera a lograr demasiado en mi vida. Eso la motivó a ella para que yo continuara mis estudios”.

Richard salió de Perú siendo Ricardo y conservó su nombre hasta los 17 años. Una supervisora de Kmart en donde consiguió su primer trabajo le dijo que su nombre hispano no iba a funcionar allí y, directamente definió su nombre en el name tag con la transformación americana de su nombre: Richard.

“De alguna forma esta persona me quitó la identidad y yo no entendía muy bien lo que estaba haciendo en ese momento y permití que lo hiciera. A partir de ese momento comenzaron a llamarme Richard. Las amistades de la juventud aun me llaman Ricardo. Siete años después cuando me hice ciudadano, a los 24 años, lo hice con ese nuevo nombre, Richard, ya que todos me conocían así”.

El presidente y CEO del Seattle Metropolitan Credit Union inició su camino en el ambiente financiero como cajero en un banco de Los Angeles; con el tiempo ascendió hasta lograr puestos de responsabilidad que luego continuó ejerciendo en Credit Unions. En el año 2006, después de mucho tiempo, retomó sus estudios universitarios, que aplicó directamente al trabajo que ejercía dentro de un entorno ejecutivo. En 2012 se trasladó a la ciudad de Seattle Richard Romero es una persona en la que confluyen muchas historias y esa diversidad le ha permitido construir con éxito su carrera profesional.

Actualmente el Seattle Metropolitan Credit Union mantiene una relación de calidad con la comunidad inmigrante en el Estado de Washington. “Me preocupa mucho que los inmigrantes pasen por malas experiencias y es por eso que estoy enfocando al SMCU en ayudar a gente que no tiene las mismas oportunidades que los demás”.

Con más de diez sedes que van desde Lynnwood hasta Tukwila, SMCU, se está preparando para abrir una nueva locación en la ciudad de Burien antes de fin de año. De acuerdo con Romero, “aproximadamente 55% de los latinos en Estados Unidos no usan servicios bancarios o usan el mínimo de estos servicios y pagan por mucho por ellos. Creo que hay una gran oportunidad en poder ayudar a estas personas”