¡Aguas con los resfriados!

Cirenia Chávez

Agencia Reforma

¿Tu hijo se acaba la caja de pañuelos cada mes? ¿Constantemente resuenan sus estornudos en la casa? Si identificas estos síntomas, probablemente no tiene un resfriado, ¡tiene alergia! Papás, tomen nota: además de las alergias, en esta temporada de otoño las enfermedades respiratorias, como el resfriado común y la influenza, hacen su aparición.

Alergias

La alergia es la aparición de síntomas causados por una sustancia que actúa como un alergeno y tiene dos componentes: herencia y ambiente. Las enfermedades alérgicas más representativas son el asma bronquial y la rinitis alérgica. Hay casas que presentan ‘spots’ de hongos y para quienes son susceptibles pueden ser factores que desencadenen los síntomas, Además, existen otros detonantes, entre ellos los cambios bruscos de la temperatura en un mismo día, el contacto con animales exóticos, el polvo y los alimentos procesados con colorantes artificiales. Animales exóticos como hámsters, hurones y tarántulas pueden ser un factor que desencadene los síntomas. Sobre el polvo, los ácaros son los causantes fundamentales de las alergias y están en alfombras, almohadas y lugares difíciles de limpiar, sobre todo en condiciones de mucha humedad. Aunque los síntomas de una alergia son muy similares a los de un resfriado, como estornudos, congestión o comezón nasal y rinorrea constante, se puede distinguir entre las dos. La gripa, a diferencia de la alergia, viene con una fiebre alta de 39 ó 40 y molestias mayores.

Resfriado común

La reina de las enfermedades infecciosas del otoño es el resfriado. “Entre septiembre y marzo es normal que los niños se enfermen (de gripa) entre una y dos veces por mes”, expresa Rodolfo Jesús Treviño Pérez, Jefe de Pediatría del Hospital San José. “Y cada uno de estos procesos puede durar entre 7 y 14 días, pero eso no debe ser motivo de preocupación para los papás”. Sólo uno de cada 10 casos de resfriado puede presentar una complicación, de los cuales las más comunes son las infecciones bronquiales o de oídos. “La visita al doctor es necesaria si la fiebre persiste por tres días o si el niño se ve muy enfermo”.

Influenza

En el caso de la influenza estacional, cerca del 90 por ciento de los casos son del tipo A H3N2 o estacional, mientras que sólo el 10 por ciento corresponde a la A H1N1, expresa Treviño Pérez. Para su prevención se debe considerar la aplicación de la vacuna contra la influenza. Cuando la gente se enferma de influenza después de que se vacuna es porque coincide con la vacunación, no es causa de la misma. La vacuna se puede aplicar a partir de los 6 meses de edad.

Prevenir alergias

– Mantener una habitación minimalista y ordenada que sea fácil de limpiar.

– Eliminar alfombras y cortinas. Es preferible instalar persianas.

– Procurar que los niños tengan una dieta variada y no consuman en exceso alimentos procesados con colorantes.

– Llevarlos con especialistas certificados en alergia e inmunología si presentan algún síntoma.

– Vigilar la dieta infantil y las mascotas de la familia.

– Revisar los productos de limpieza de casa.

– Revisar entradas por donde se pueda filtrar la humedad.

– Monitorear la frecuencia con que se enferma el niño.

Prevenir resfriados

– Asegurar que los niños tengan una dieta balanceada. No es necesario saturar a los niños con vitamina C. Las vitaminas se recomiendan para personas con malnutrición.

– Estar al corriente con la aplicación de vacunas, incluida la de la influenza.

– Fomentar buenos hábitos de higiene, en especial el lavado de manos.

– Lavarse las manos con frecuencia, en especial cuando los pequeños llegan del colegio y después de jugar.

– Evitar lugares con una alta concentración de personas, en especial cuando se trata de niños muy pequeños.

– Fomentar actividades al aire libre. Hay muy poco riesgo de contagio porque los virus son inactivados por los rayos ultravioleta.

– En casa, abrir ventanas, permitir la circulación de aire y la entrada de la luz solar.