Lecciones que se viven

Roberto Heras,

Agencia Reforma

EL CONSTRUCTIVISMO

Este método lleva la teoría a la práctica y traduce conocimientos en el desarrollo de habilidades. Los alumnos son los protagonistas de su propio aprendizaje al obtenerlo activamente, además, interrelacionan contenidos de distintas asignaturas para resolver problemáticas. Ejemplo de lo anterior es el proyecto de Patrimonio Nacional de la escuela Alexander Bain, en el que los alumnos de sexto de primaria realizan un viaje a Oaxaca para conocer más sobre lo que han aprendido en sus clases sobre arte y cultura del país, cuenta Ana Arias Ibarrondo, coordinadora del Bachillerato Internacional en esa escuela. “Los maestros de música, arte y educación física encuentran las conexiones desde el plan de estudios de sus asignaturas para preparar a los alumnos antes del viaje. Así, el profesor de deportes pone a investigar a los alumnos sobre temas como el juego de pelota mixteco o purépecha. “Desde ahí nace el interés de los niños y después vamos a Oaxaca, hacen prácticas de campo. Culmina en una exposición donde muestran su aprendizaje”. Así, a decir de la académica, se comienza con un contexto real, los estudiantes lo desarrollan, corrigen lo que está mal a través de evaluaciones y cierran con una acción. Así funciona: se aprende manipulando objetos e información para llegar a una conclusión. ¿Qué hacen los niños? actúan como lo haría un científico al establecer hipótesis.

LA PEDAGOGÍA WALDORF

En este sistema, el conocimiento práctico es el antecesor del aprendizaje y llega a los estudiantes lúdicamente.

Por ejemplo, en Inlakesh, para que los niños aprendan sus lecciones, primero tienen que vivirlas, establece Silvia Rodríguez De Zamacona, fundadora del colegio. “En la primera clase de fracciones, los niños hornean un pastel o un pie, el cual tendrá que ser dividido para repartirse en partes iguales. Después se representa en el pizarrón y en el cuaderno, pero al niño ya no se le va a olvidar porque ya cocinó la fracción, la partió y se la comió.

“Lo mismo con el sistema decimal, comienzan poco a poco midiendo su salón, su cuerpo y su casa, en vez de entrar inmediatamente a los kilómetros entre el Sol y la Luna, lo cual da una sensación certera de lo que se está hablando”, explicó. En esa metodología se divide el desarrollo humano en tres septenios, el primero hasta los siete años, el segundo hasta los 14, y el tercero hasta los 21. “La pedagogía le da al niño lo que requiere de acuerdo a cada fase en su desarrollo. Primero se madura el cuerpo físico, luego las emociones y finalmente se enseña el método científico para resolver con la verdad”, agregó.