¿Lo están manipulando?

Arlett Mendoza

(Agencia Reforma)

¿Alguna vez ha sentido que tomó una decisión o hizo algo opuesto, incluso, a su propia voluntad? Si es así, tal vez fue víctima de manipulación.

La manipulación es una forma de violencia, pues la persona que la ejerce utiliza diversas estrategias que atacan directamente la autoestima del perjudicado, con el fin de hacerlo actuar, sentir y pensar como él desea.

Si bien esta forma de proceder, en la mayoría de los casos, no es consciente, no por eso deja de ser sumamente perjudicial, asegura en entrevista vía telefónica la socióloga Graciela Chiale, autora del libro Los manipuladores (Océano).

Ésta conducta suele dañar gravemente la salud emocional y física de quien es sujeto de manipulación, quien pierde la capacidad de hacer uso pleno del ejercicio racional, además de que queda inhabilitado para reflexionar, resolver o elegir las acciones que más le convienen, precisa Chiale.

Sobre los efectos físicos, el psicólogo Joaquín Barban, afirma que la víctima recurrentemente suele tener un sentimiento de ansiedad y estrés generalizado.

Esto puede causarle problemas gástricos, tensión muscular, dolores de cabeza y en casos más graves, hipertensión arterial y migrañas.

Detecte a tiempo

¿Cómo identificar si lo están manipulando? Los expertos comentan que es muy complicado saberlo, sobre todo, cuando procede de la pareja.

Sin embargo, Chiale afirma que los sentimientos preponderantes de las personas manipuladas son: desgano e insatisfacción con la vida. Se da un cambio en la personalidad que no es voluntario.

Además, se aislan y temen actuar o hablar, por miedo a que el manipulador reaccione y los agreda, culpe o avergüence. Por otro lado, también hay rasgos de la personalidad que favorecen esta situación.

Otro factor que contribuye a ser sujeto de manipulación, es el sentimiento de deuda, derivado de la creencia de que el otro lo favoreció de una manera especial, agrega Barban, jefe de la Unidad de Psicología Clínica de la Universidad Panamericana.

“Es importante saber que tanto el manipulador como el manipulado son inseguros, ambos pasaron por experiencias traumáticas en su infancia, pero cada uno adoptó una forma diferente para resolver el problema. “El primero lo hace ejerciendo el poder sobre quien cree más vulnerable, y el segundo se entrega al que percibe con más autoridad. El manipulador exige: ¡ámame!, y la persona víctima piensa: ¿seré digna de que me amen?”, añade la socióloga.

¿Qué hacer?

Los expertos coinciden en que es necesario que la víctima busque ayuda de un psicólogo que le permita sanar su autoestima, así como conocer sus fortalezas y debilidades para evitar padecer esta situación.Además, es fundamental tejer redes de apoyo con amigos y familiares, quienes pueden ser un punto de apoyo en la toma de decisiones importantes.

Chiale advierte que lo mejor es alejarse del manipulador y de ser posible terminar el vínculo con él.