SALUD: Alcohol y sexo, ¿conoces el límite?

Paloma Villanueva,

Agencia Reforma

Una copa de vino puede ser un aliado para dejar las inhibiciones y atreverse a seducir a alguien pero tener un encuentro sexual bajo los influjos de una borrachera definitivamente es una mala idea.

Claudia Rampazzo, médica y terapeuta sexual de Hospital Español, señala que hay estudios científicos en los que se ha demostrado que una copa de vino tinto puede aumentar el deseo y la excitación sexual.

“En pequeñas cantidades, el alcohol funge como relajante y desinhibidor, razón por la cual favorece el acercamiento entre las personas, disminuye la ansiedad y la angustia por el desempeño tanto en hombres como en mujeres.

“Por otro lado produce una relajación de los vasos sanguíneos de los genitales, de modo que más sangre llega a esos lugares y por lo tanto hay mejor lubricación, mejor hinchazón de los genitales y mejor erección en caso de que haya un estímulo erótico eficaz”, explica.

El equivalente a una copa de vino tinto podría ser una cerveza o media copa de whisky pero no más, aclara Rampazzo, porque pasarse de copas puede resultar contraproducente.

Al emborracharse se produce un retardo en los reflejos, incluidos los eróticos sexuales como la erección y el orgasmo.

“Con exceso de alcohol se retarda tanto la excitación masculina como la femenina, es decir, tardamos más tiempo en que se lubrique la vagina, que se hinchen los genitales femeninos y el hombre tarda más en lograr la erección.

“De hecho, eventualmente no la obtiene y, en caso de que sí logremos excitarnos, es muy probable que perdamos esa excitación antes de llegar al orgasmo”, advierte la especialista.

Las borracheras constantes son enemigas del deseo sexual, la excitación y el orgasmo, apunta Rampazzo, y son los hombres los más afectados.

“El abuso constante del alcohol inhibe la respuesta sexual pero además daña el hígado, entonces hay menor metabolismo de testosterona, que es la hormona masculina por excelencia.

“Esto lleva al hombre a un círculo vicioso de baja producción de testosterona, disfunción eréctil, deseo sexual disminuido, baja producción de espermatozoides, incluso constricción del pene y reblandecimiento de los testículos”, destaca.

Además, tener sexo en medio de una borrachera, implica un mayor riesgo de incurrir en conductas de las cuales podríamos arrepentirnos como sexo sin protección con sujetos de riesgo.