Natalia Vitela

Agencia Reforma

Antes de comprar un suplemento alimenticio, se debe tener claro que estos no tienen efectos terapéuticos.

En realidad, se requieren sólo en situaciones especiales y deben ser prescritos por especialistas.

Así que si un supuesto suplemento alimenticio promete “curar” enfermedades como el cáncer, la diabetes o la obesidad, se trata de un producto milagro que puede ser riesgoso para la salud.

Norma Cavazos, miembro de la Asociación Nacional de la Industria de Suplementos Alimenticios, indica que, de acuerdo con la Ley General de Salud, un suplemento alimenticio tiene como propósito complementar o suplir nutrientes.

“No son medicamentos, no tienen propiedades curativas y no sustituyen un tratamiento médico. Tampoco reemplazan una dieta. No es un sustituto. No puedes brincarte una comida y tomarte un suplemento”, precisa.

Cavazos indica que los suplementos alimenticios son prescritos cuando en la alimentación diaria no se consumen las vitaminas, los minerales, las proteínas y la fibra, entre otros nutrientes, que requiere el organismo.

Hay casos en los que las personas son alérgicas a alimentos y en su dieta diaria no obtienen algún nutriente, precisa.

Por otra parte, Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria del Poder del Consumidor, advierte que el uso de suplementos se recomienda en casos especiales.

Las personas con desnutrición, cáncer, quemaduras o quienes se sometieron a una cirugía mayor, pueden requerirlo, puntualiza.

En casos como estos, explica, el cuerpo utiliza más nutrientes y por ello requiere suplementarse.

La experta advierte que las personas con predisposición a cálculos renales puede estar en riesgo si consume un suplemento que no esté autorizado por el médico.

Agrega que consumirlos sin la orientación de un profesional puede exponer a la persona a la intoxicación con vitaminas, además de que el consumo desequilibrado de ácidos omega puede originar a largo plazo arritmias o desgarre de algunos tejidos de arterias.