Sudando “la gota gorda”

Israel Rivera

Agencia Reforma

Vivir con las manos, la cara o las axilas empapadas puede afectar seriamente la vida social y laboral de las personas, a tal grado que esconden la mano para saludar y evitan asistir a citas o reuniones, asegura en entrevista Miguel Ángel Padilla González, cirujano de tórax del Hospital Ángeles de las Lomas de la Ciudad de México.

El sudor excesivo recibe el nombre de hiperhidrosis, explica Padilla González, es una disfunción a nivel del sistema simpático, que es la parte del sistema nervioso que se encarga de controlar la sudoración, el latido cardiaco, la presión arterial y la digestión.

“El centro que regula la activación del sudor, al que yo llamo el ‘termostato’, está fuera de control en las personas que padecen esta disfunción nerviosa.

Lo tienen prendido cuando debería estar apagado”, ejemplifica el especialista, egresado de la Escuela Médico Militar.

Normalmente sudamos por tres causas: por el calor, para tratar de regular la temperatura del cuerpo con la del ambiente; cuando hacemos ejercicio, al quemar calorías, y cuando estamos bajo una estimulación emocional, como estrés, nerviosismo o risa.

Pero los pacientes con hiperhidrosis sudan en exceso en todo momento, incluso en ambientes fríos, explica el especialista.

La forma de presentación del sudor es en manos, axilas, pies y rostro, con un pequeño rubor, además de que los pacientes tienen las manos frías y presentan un cambio en la coloración de la piel.

El problema se manifiesta regularmente a los 15 años de edad y afecta principalmente a mujeres, por razones desconocidas, cerca de 60 por ciento de los pacientes son del sexo femenino.

El remedio

Existen diversos tratamientos para disminuir la traspiración, indica Padilla González, pero el único que elimina el problema definitivamente es la simpatectomía torácica, que consiste en cortar los “cables” que regulan la producción de sudor; es decir, la cadena ganglionar localizada a cada lado de la columna vertebral.

“Las cremas y lociones no funcionan mientras continúe el nervio que provoca el sudor. Con toxina botulínica (botox) el paciente se tiene que aplicar 25 inyecciones en cada axila y 50 inyecciones en cada mano y el tratamiento sólo dura seis meses, por eso lo único definitivo es la cirugía”, afirma el médico.

La intervención quirúrgica es de mínima invasión, aclara, ya que sólo se realizan tres incisiones de 3 milímetros en cada axila, por donde trabaja el cirujano y aunque requiere de anestesia general, la operación dura 30 minutos, 15 minutos por lado, y el paciente sale el mismo día.

Padilla González, quien ha realizado más de 250 operaciones, asegura que la cirugía es 98 por ciento efectiva; sin embargo, el organismo busca por donde sacar ese sudor y entre 30 a 60 por ciento de los pacientes presenta una “hiperhidrosis compensatoria”, que provoca sudor en la espalda, abdomen y piernas, pero bajo condiciones normales.

Para determinar quién es candidato a la cirugía, primero se debe descartar que el sudor sea producto de enfermedades como hipoglucemia, hipotiroidismo, cáncer o menopausia, y después se debe valorar la repercusión social que la hiperhidrosis tiene en el paciente.