¿Tu hijo es un ‘flojo’? Descubre su problema

Karla Torres

Agencia Reforma

MONTERREY, Nuevo León 23-Ene .- Un niño desmotivado, que hace las cosas con desgano, si las hace, y que tiene una completa antipatía hacia la escuela, bien podría ser tachado como un niño “flojo” o “chiflado”. Pero seguro hay algo detrás de esta conducta.

Lo que muchos padres de familia o maestros confunden como “flojera” en un menor podría tratarse de un indicador de que algo anda mal en su salud o en su desarrollo emocional, advierten los expertos.

Mario Cáceres, psiquiatra especialista en niños y adolescentes, señala que lo primero es descartar algún problema de aprendizaje o depresión.

“Había que definir primero el término flojera, mucha gente confunde la flojera, con un niño que está deprimido, que tiene algunas dificultades sociales, ansiedad o poca motivación para estudiar.

“Primero habría que observar bien si esa flojera está en todas partes o sólo en la escuela. Una vez que se descarte la depresión en el niño o adolescente, un trastorno de atención o un problema de aprendizaje, nos vamos al manejo conductual”, dice Cáceres.

Otra cosa que hay que verificar es que el metabolismo del niño o adolescente funcione de manera adecuada, recomienda América Rivera, psicóloga clínica infantil.

“Lo primero es checar lo fisiológico, hay que ver con un especialista qué es lo que pasa con el metabolismo de ese niño y descartar cualquier anomalía a nivel de metabolismo.

“Una vez que se descarte algo fisiológico, se hace un estudio detallado con un cuestionario con los padres para ver que se dé normalmente el sueño, también se hace una investigación de hábitos alimenticios”, explica Rivera.

Si se confirma que el menor no tiene ninguno de estos problemas entonces habría que analizar el entorno en el que se desenvuelve y buscar la razón de su desmotivación.

“Todos los seres humanos tenemos una actitud a agradar, es la naturaleza, entonces cuando un niño no le interesa quedar bien en la escuela, no trabaja y no le importa lo que le digan, hay que analizar el entorno.

“Los papás deben entrevistarse con los maestros y las escuela y buscar alternativas de solución, para que juntos encuentren la respuesta del por qué de la actitud del niño”, dice Rivera.

Una opción para mejorar los hábitos de estudio del menor es que los padres de familia busquen rutinas de estudio.

“Ahí mismo el papá o la mamá se podrán dar cuenta si el niño está batallando para entender algo”, asegura Cáceres.

Y por último, algo muy útil es incorporar el deporte en la vida del menor.

“Hay que buscarles un perfil deportivo, esto los motiva mucho, su cuerpo se llena de energía, se vuelven más dinámicos. La gente se reduce al fútbol porque es lo más común, pero hay muchos otros deportes.

“Y si no les gusta el deporte, puede ser la actuación, el baile o la música”, señala Rivera.