Ver la tele de cerca sí te hace daño

Alan Valdez

Agencia Reforma

La gran mayoría de los integrantes de esta generación, y posiblemente de las generaciones venideras, tienen recuerdos de largos domingos por la mañana “invertidos” en ver caricaturas, alguna que otra película vieja, y muchos, muchos programas que en realidad eran mas bien comerciales de juguetes con media hora de duración.

Muchos tienen también el recuerdo de que tarde o temprano algún adulto (generalmente la mamá) llegaba al cuarto y hacia que uno se alejara, de mala gana, del televisor.

Enseguida venían frases clásicas como “te vas a quedar ciego”, “no veas tan de cerca esa cosa” y otras más. Y ahí, normalmente, es donde uno tomaba por sorpresa con un “por qué” al adulto en cuestión, que probablemente sacaba de la manga una respuesta semiconvencida, como “es por la radiación” o “ por tanto forzar la vista”.

Pero…¿sería acaso que tu santa madre tenia razón?

Lo dice la ciencia

El Doctor Paul Frame, portavoz de la sociedad de la física de la salud dice, por una parte, que el mito de que “la TV era radioactiva” era parcialmente cierto en otros tiempos.

“Siempre que se usan altos voltajes y corrientes, puede haber una producción significativa de rayos X. El ejemplo más famoso de esa situación era la generación de rayos X en las televisiones de color entre 1965 y 1970. De hecho, un artículo de la edición de julio de 1956 de la revista ‘Scientific American’ describía como un tubo de vacío ordinario podía convertirse en una fuente de rayos X caseros”, comentó.

Ya que los rayos X, al igual que cualquier otra radiación que no venga en forma de láser, pierden intensidad con el cuadrado de la distancia, una abuelita que en 1965 le aconsejara a sus nietos que se alejaran del televisor podría realmente estarles salvando la vista.

Sin embargo, los estándares de seguridad evolucionaron rápidamente, y General Electric reemplazó a ciertos modelos de sus televisores que, se descubrió, emitían entre 10 y 10 mil veces más radiación de lo que se considera seguro.

Los tubos de rayos catódicos actuales no tienen estos problemas, y además ya son pocas las televisiones que usan a ese dispositivo. Los televisores de plasma, LCD y OLED, por ejemplo, no tienen componentes capaces de emitir radiación de este tipo.

Entonces ¿a salvo con un televisor moderno?

No del todo. Aunque el peligro de la radiación televisiva ya queda descartado, falta considerar al hecho ineludible de que fijar la vista de cerca durante tiempos prolongados produce cansancio ocular.

El doctor Carlos Espejo Guasco, especialista en medicina del trabajo e integrante de la Asociación Mexicana de Ergonomía, indica que entre los síntomas se cuentan la sequedad o irritación en los ojos, la visión borrosa, y los dolores de cuello, hombros y espalda. Para complicar más las cosas (y darle más argumentos a las madres mexicanas), los científicos debaten todavía sobre la posibilidad de que este cansancio visual, que suele ser considerado como una molestia pasajera, pueda tener secuelas a largo plazo.

Un estudio que todavía causa polémica entre los oftalmólogos señala que la miopía avanza junto con la civilización moderna.

El estudio se enfocó en una comunidad esquimal que había permanecido al margen de la civilización hasta mediados del siglo pasado. Cuando se realizó el estudio, en 1960, se descubrió que ninguno de los ancianos parecían miopía, pero el 8 por ciento de los adultos la tenían en algún grado al igual que el 59 por ciento de los niños. Se concluyó que la fatiga visual producida por las nuevas costumbres de la tribu estaba fomentando la miopía.