Por Paco Diaz
Los seres humanos vamos formando nuestra forma de ser y de pensar de acuerdo con la información que recibimos, a nuestras influencias directas e indirectas, a los estímulos que mas nos impactan. Entonces comenzamos a usar un lenguaje que tiene un sentido muy particular para nosotros, precisamente por lo que hemos observado y vivido. Parte de esas palabras que usamos pueden ser violentas o agresivas para otras personas sin darnos cuenta.
Comentarios que pueden parecer chistes, criticas usando estereotipos, corrigiendo sutilmente, tratando de dar un cumplido o siendo cariñoso, muchas veces terminan haciendo sentir mal a quien lo recibe, eso se llama micro agresión. También se presentan cuando se usan estereotipos o desestimar fácilmente el punto de vista de alguien, lo que puede marginar a un individuo. Lo peor del caso es que las personas que cometen esas micro agresiones pueden estar completamente inconscientes de que tienen una visión prejuiciada, solo porque la dicen sin haberla analizado o concientizado, todo porque así la han aprendido y usado por generaciones.
Las micro agresiones pueden escucharse como:
“Para ser mujer conduces muy bien”, “De donde eres” ¿de verdad? no lo pareces, hablas muy bien para ser de allí”, ” Para ser modelo, eres muy inteligente”, “¿Eres mujer y sabes cambiar una llanta? ¡Impresionante!”, “¡Para ser gordita eres hermosa!”, “Para ser padre soltero cuidas muy bien de tu hija”, entre muchas otras.
En el caso de los mexicanos en particular podemos llegar a escuchar frases totalmente racistas y discriminatorias como: “Cásate con un güero para mejorar la raza”, “Trabajo como negro para vivir como blanco”, “Nunca falta un prietito en el arroz”, “No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”, “¡Ah, como eres indio!”, “Se fue como las chachas”, “Se viste como las gatas”, “Me engañaron como a un chino”, “El niño es morenito, pero está bonito”, “Traes el nopal en la cara”, etc.
Las relaciones de pareja no salvan, desde el “No, yo prefiero lavar los trastes, tu no lo haces muy bien”, “Deja que hable yo, tu siempre confundes”, etc. Este tipo de frases dañan a largo plazo la relación y puede desgastarse tanto que pueden romperse. Aunque las micro agresiones pueden parecer más sutiles que otros tipos de discriminación, se cree que las micro agresiones pueden tener un efecto acumulativo en el tiempo, lo que afecta la salud mental. La naturaleza ambigua y sutil de las micro agresiones los hace especialmente frustrantes para las víctimas, ya que pueden no estar seguros de cómo responder, puede llevar a sentir frustración, dudas y puede afectar la autoestima de quien las recibe.
Una vez que nos damos cuenta de que podemos estar usando micro agresiones en nuestra forma de comunicarnos, es importante considerar hacer cambios, observaremos como la reacción en las personas con las que las usábamos puede ser más positiva. Si somos quien las recibimos, entonces podemos comenzar a expresar como nos hace sentir un comentario y que no queremos que se use.
Les invito a que comentemos de este tema en redes sociales, búsquenme como Paco Diaz en la Red y recuerden que los Latinos que nos damos cuenta de no usar micro agresiones ¡Somos más fuertes!
