Pat Murakami se opuso a la compra de un edificio por parte de Casa Latina

Por Hilary Stern

Pat Murakami se está postulando contra Lorena González por su posición de concejal de la ciudad, pero esta no es la primera vez que éstas dos mujeres se enfrentan. Hace doce años, Lorena González era una joven estudiante de derecho que trabajaba medio tiempo en el programa de Reclamo de Salarios de Casa Latina, programa que ayudaba a los trabajadores latinos a recuperar los salarios que sus empleadores se negaban a pagar. Pat Murakami fue la presidenta del Club Comunitario de Mt. Baker, un club social en la parte afluyente de Rainier Valley. Como líder de este club, ella lidereó la oposición a la propuesta de compra de un edificio por parte de Casa Latina en Rainier Avenue.

Yo era la Directora Ejecutiva de Casa Latina en ese momento. Si bien muchos vecinos tenían dudas sobre nuestra mudanza a Rainier Valley, la mayoría estaban dispuestos a escucharnos. Pero Pat Murakami era diferente. Estaba convencida de que la mudanza de Casa Latina al vecindario aumentaría el crimen, sería un peligro para los niños y los ancianos, y resultaría en embriaguez pública. Aunque le aseguramos que nuestro modelo de programa no crearía una presencia de jornaleros en las calles, y que los trabajadores inmigrantes latinos no eran peligrosos, ella no nos creyó.

Pat Murakami organizó a los vecinos para que escribieran cartas de oposición a la oficina de los Consejales. Ella construyó su oposición en base a temores racistas y clasistas sobre los jornaleros inmigrantes latinos, criticó a Casa Latina por no hacer suficiente trabajo de comunicación con la comunidad, y luego me siguió a todos los lugares a los que iba para poder criticarme y contradecirme. Cuando fui a visitar al director de una escuela primaria cercana, ella estaba allí. Cuando fui a visitar a la congregación de una iglesia negra vecina, ella estaba allí, cuando fui a visitar a una asociación de pastores negros, ella estaba allí. Dejó en claro que su objetivo era garantizar que Casa Latina no tuviera éxito en nuestro intento de construir un centro para apoyar a los jornaleros latinos y sus familias.

Nunca olvidaré la reunión comunitaria que ella organizó en el Club de Mount Baker. Estaba lleno, algunas personas de pie, y con un ambiente lleno de agresión, incluso algunas personas lloraban y gritaban, esto provocó que el Alcalde de Seattle le pidiera a Casa Latina que dejara de hacer actividades de alcance comunitario y aceptara un proceso de mediación con los vecinos. Estuve de acuerdo, y después de 6 meses de reuniones y de conocer mejor nuestros programas, la mayoría de los líderes del vecindario que anteriormente se oponían a nuestra reubicación cambiaron de opinión. Pero no Pat Murakami.

Después del largo y costoso proceso, Casa Latina decidió no comprar ese edificio en Rainier, y en su lugar compró una propiedad en la calle 17 y Jackson en el área central de Seattle. La mayoría de los vecinos de este nuevo barrio dieron la bienvenida a nuestra mudanza, aunque algunos todavía tenían preocupaciones. Estos vecinos, sin embargo, escucharon, se convirtieron en nuestros socios y le dieron a Casa Latina una oportunidad. En lugar de miedo, vieron la oportunidad. En lugar de estereotipos raciales, vieron personas. Hoy, nuestros nuevos vecinos nos ven como en un activo para el vecindario. El crimen ha disminuido en el área inmediata alrededor de nuestro edificio. No hay jornaleros esperando trabajo en la acera. Todos están dentro de nuestro centro de trabajadores, según lo prometido. En los días agradables en Seattle, nuestro patio trasero está lleno de jornaleros, trabajadores domésticas y sus familias tocando música, comiendo comida deliciosa y celebrando la comunidad y la cultura. Después del horario de trabajo cuando nuestro centro de trabajadores está cerrado, la danza y la música oaxaqueña, garífuna y chilena resuenan en todo nuestro edificio a medida que los grupos culturales latinos utilizan nuestro espacio para sus prácticas. Junto con nuestros nuevos vecinos, Casa Latina se ha convertido en un lugar de refugio, un lugar de celebración y curación y un lugar que honra todas las cosas que hacen a una comunidad fuerte. A pesar de que Pat Murakami sembró las semillas de la discordia, pudimos producir algo que es hermoso y productivo.

Como candidata del consejal de la ciudad, Pat Murakami vuelve a intentarlo, sembrando semillas de discordia basadas en mentiras. En un foro público reciente en South Park, ella afirmó que es latina. Ella atacó a su oponente, Lorena González, como alguien que ha hecho poco para apoyar a la comunidad latina.

Lorena Gonzalez creció en una familia de trabajadoras agrícolas en el estado de Washington y ha trabajado por la justicia social durante toda su vida adulta. La conocí como una joven estudiante de derecho que trabajaba en Casa Latina y más tarde la admiré como una abogada eficaz que demandó al Departamento de Policía de Seattle (y ganó) cuando un joven inmigrante latino fue golpeado y racialmente insultado por agentes de la policía. Ella copresidió la campaña de capital de Casa Latina y nos ayudó a recaudar el dinero para comprar nuestro nuevo edificio. Fue una gran defensora de la reforma migratoria como Presidenta de la Junta Directiva de One America. Y ahora, en sus primeros dos años como Concejal, ella patrocinó un proyecto de ley que estableció un fondo de $ 1 millón de dólares para proporcionar asesoría legal a los residentes de Seattle que están detenidos por ICE. Ella no ha olvidado sus raíces. Lorena Gonzalez es una verdadera campeona de nuestra comunidad.

Pat Murakami ha sembrado división y sospecha en nuestra comunidad. Ella ha difundido mentiras sobre los inmigrantes latinos y las organizaciones, como Casa Latina, que los atiende. Y ahora está atacando a una guerrera de la justicia social. No puedo guardar silencio y observar cómo Pat Murakami intenta convencer a la gente de que se preocupa por la comunidad latina. Ella es una persona que propaga el miedo y que no debería ser elegida para el consejal de la ciudad.

Juzguemos a estas dos candidatas por sus acciones y por sus palabras.

Hilary Stern fue la cofundadora de Casa Latina en Seattle y fue su Directora Ejecutiva durante 22 años.