Elena Torres

Agencia Reforma

Una de las piezas que más cuidan quienes aman el buen estado y estética de su auto son los rines y justamente esta parte del automóvil es una de las más vulnerables de los vehículos.

En la mayoría de las arterias del área metropolitana, existen los temidos y odiados baches, sobre todo después de una torrencial lluvia. No importa que las calles estén recién remozadas, pues muchas de ellas, al poco tiempo, vuelven a mostrar los desperfectos y peores enemigos de los rines. Si pasas por uno de ellos a una velocidad considerable, te expones a un accidente vial de lamentables consecuencias, pero, en el mejor de los casos, a un daño aparentemente irreversible en esta pieza. Si esto último sucede, el automovilista suele hacer cuentas imaginarias de inmediato y varios miles de pesos se convierten en su agobio ante un gasto inesperado de esta naturaleza.

Lo cierto es que nada está perdido.

Actualmente existen especialistas en devolverle vida a esa parte del coche que creímos perdido, inservible y ellos se encargan de repararlos, casi casi sin dejar cicatriz que indique que ese rin se agrietó y hasta rompió.

Aunque no lo creas.

Hoy hablaremos de los rines estéticos, que son aquellos que son visibles a propios y extraños, pero lo mismo aplica para el rin en el que va colocada la llanta, que es esa “dona” grande de acero o aluminio interior, ubicada tras el rin estético, que soporta el neumático, pues ambas partes son sujetas a este tipo de trabajo.

Si se tratara del rin exterior, debes saber que éstos constantemente sufren cambios en su diseño, por lo que a veces resulta imposible encontrar uno igual y, en muchos casos, cuando tienes la suerte de encontrarlo, tienes que comprar los cuatro pues muchos vendedores no los ofrecen por separado, sino el juego completo. “En tiempo de lluvia tenemos más trabajo a causa de vehículos que cayeron en algún bache, no importa que sea de aluminio o acero, de cualquier forma pueden dañarse”, explica Alfredo Sandoval, propietario de la Vulcanizadora La Regiomontana, especializada desde hace casi dos décadas en este tipo de trabajos, “los rines se dañan, se doblan o se quiebran”. En muchos de este tipo de accidentes, los rines sólo se rayan o raspan, pero aún así, si quieres verlos en su estado original, requerirán de un buen trabajo que logre que luzcan como nuevos.

El proceso para regresarles la vida es laborioso, pues primero se endereza a base de golpes con herramientas especiales. Después, la pieza es sometida a soldadura autógena con un soplete.

“El siguiente paso es el desbaste, que consiste en un pulido con disco para aluminio y después utilizamos lijas de agua y terminamos con un toque de pintura automotriz de laca para un buen acabado”, explica el especialista.