¿Ahora va en serio el cambio?

Cuando el Presidente Barack Obama dio su primer discurso oficial en su segundo período como presidente, habló sobre los derechos de los homosexuales, de los inmigrantes y de que se debe de hacer algo para contrarrestar el sobrecalentamiento global.

En otras palabras, Obama se ha declarado que sus prioridades son liberales y progresistas.

Los cínicos entre nosotros podemos decir que su discurso es pura política. Que solamente son promesas y que en realidad no va a cambiar nada.

Sin embargo, históricamente, las palabras de Obama tienen más peso ahora.

Pase lo que pase, Obama ya no será reelegido. Está libre de tomar decisiones que pueden ofender a sus principales contribuyentes de campaña. También, haber sido reelegido le da la confianza de que el público está de su lado.

Pero también Obama ya no puede decir que las cosas están mal por culpa de las administraciones pasadas. De ahora en adelante, lo bueno y malo que pase en los siguientes cuatro años será responsabilidad de su administración.

Todavía tiene opositores fuertes en el partido Republicano; el partido sabe que perdió mal y tratará de volverse más centrista. Todavía habrá peleas políticas pero ahora las peleas serán para mejorar al partido Republicano, no para hacer que Obama pierda.

Y aunque su segunda administración apenas ha empezado, ya Obama tiene por delante debates controversiales: mejorar el presupuesto federal, control de armas de fuego y una reforma de inmigración.

También tiene la desventaja que tuvo que cambiar muchos miembros de su gabinete, algo que nunca es buena señal.

Muchos han dicho: Obama debe quitarse sus guantes blancos; ahora que ya no puede ser reelegido y solo tiene cuatro años para cumplir sus metas, es posible que el Presidente no tenga otra opción.