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Agencia Reforma

El Presidente venezolano, Nicolás Maduro, tiene un nuevo enemigo declarado: las panaderías.

El Mandatario afirmó ayer que no encuentra justificación a las colas que se ven a la entrada de estos establecimientos, afectados por la severa crisis de escasez de alimentos que atraviesa el paÌs, y pidió cárcel para sus propietarios.

“No tiene explicación: si tienen su trigo, que vendan el pan durante todo el día, no que pongan a hacer cola al pueblo”, aseveró Maduro.

“Presos tienen que ir todos los dueños de establecimientos que pongan a hacer la cola a la gente! ¡Presos! Y después no vayan a decir que son perseguidos políticos”, agregó.

Durante su programa televisivo En contacto con Maduro, el Presidente contó que había pasado frente a dos panaderías en la avenida Baralt de la Caracas en las que vio largas colas, lo cual causó su indignación.

Venezuela sufre una grave escasez de productos básicos, entre los que se cuenta la harina de trigo y, en consecuencia, el pan.

Desde hace varios meses la escena que se repite frente a las panaderías del país es una larga fila de personas que esperan poder comprar uno de los pocos panes frescos que a˙n se producen.

La Administración chavista asegura que la escasez no es fruto de la crisis económica, sino que se debe al acaparamiento por parte de comerciantes y productores.

En total, más de mil 700 panaderías han sido inspeccionadas, de las cuales 500 fueron sancionadas por la Superintendencia de Precios Justos, según el diario venezolano El Nacional.

Por su parte, los representantes de la iniciativa privada aseguran que la escasez responde a un modelo económico tóxico impuesto por el Ejecutivo y que obstaculiza la adquisición de materia prima.

El Gobierno tiene el monopolio de la compra y venta de divisas en el marco de un control de cambio que opera desde 2003.

Apenas el mes pasado, Maduro informó de acuerdos de cooperación con Rusia para garantizar el abastecimiento de trigo por los próximos 10 años.