Échale gasolina a tu cerebro

Andrea Menchaca

Agencia Reforma

Los papás deben tomar nota y saber que los alimentos saludables ayudan al cerebro de sus hijos a estar al 100 para sacar provecho a las clases.

La nutricionista Cristina Orendáin señala que el cerebro es un órgano muy importante, pero que desgraciadamente es el que recibe al último los nutrientes que uno ingiere a través de la alimentación.

“Para el cuerpo es mucho más importante que tú respires a que pienses o que tu corazón funcione a que pienses”, explica la también terapeuta en medicina natural.

“Por lo tanto, biológicamente es muy importante que tu cuerpo quede sano y bien, antes de que todo se vaya a tu cerebro y éste pueda interactuar”.

Orendáin indica que el cerebro requiere diariamente de 400 calorías, 120 gramos de glucosa, vitaminas del complejo B, vitamina C, lecitina y también son importantes los Omegas, sobre todo el Omega 3.

“Últimamente se ha descubierto que a partir del Omega 3 hay una sustancia muy importante para que las personas fijen bien en su pensamiento las ideas, no tengan olvidos y puedan elevar su coeficiente intelectual. Esta sustancia se llama DHA, ácido docosahexaenoico”, añade. “Es una sustancia que también se ha visto que hace que las personas no sean agresivas, que no sean irritables, destructivas. Todo eso necesita el cerebro”.Orendáin, quien da conferencias en las escuelas para fomentar la buena alimentación, señala que tristemente en México se ha tomado la mala costumbre de

mandar a los niños y adolescentes a clases sin desayunar.

“Obviamente uno se pregunta: ¿con qué va a desarrollar su cerebro si no tiene el combustible que éste necesita?”, cuestiona la nutricionista, egresada del Instituto Kylemore de Cambridge.

“Es fundamental que vuelva imperar el desayuno en los hogares mexicanos, pero un desayuno inteligente”.

En la lonchera

Para el recreo, éstas son opciones de alimentos saludables:

·Palitos de jícama

·Zanahoria rallada

· Chayote cocidocon limón, sal y chile en polvo

· Guayabas, peras, manzanas o plátano

· Amaranto solo o en galletas

· Sandwich de pollo o de panela

· Papas en rodajas o guisadas con cebolla, cilantro y limón (La papa tiene muy buen carbohidrato.

Una mediana equivale a una rebanada de pan en calorías. Bien preparada y administrada ayuda a quemar grasa).

Para la comida debe ofrecerse un guiso de carne con una buena guarnición de verduras, además de:

Ensaladas

Caldo con pollo y verduras

Sopa de frijoles

Crema de lentejas

¿Y el postre?

“Yo estoy a favor del postre porque muchísima gente necesita un poco de dulce. Éste cruza la barrera cerebral y se convierte en la serotonina, entonces es bueno”, señala Cristina Orendáin, terapeuta en nutrición.

Algunas buenas opciones son:

Chongos zamoranos

Arroz con leche

Gelatina

Flan

*Evitar postres con crema batida y grasas.

Los sí y los no

¿Qué elegir para desayunar en un día escolar? Sigue estas recomendaciones de lo que debes y no debes incluir en esa primera comida del día:

Desayunar waffles, hot cakes, crepas o pan tostado con mermelada o cajeta no es una buena idea.

“Desgraciadamente éstos representan un aminoácido llamado triptófano, que cuando cruza la barrera cerebral se convierte en el neurotransmisor de la tranquilidad, el neurotransmisor del sueño”, explica la experta en nutrición Cristina Orendáin.

“Entonces, las personas que ingieren este tipo de alimentos, a las 10, 11 de la mañana van a estar muriéndose de sueño”.

La mejor opción: huevo y leche en el desayuno.

“Lo que se ha descubierto es que existe un alimento esencial, que no debería de faltar en los hogares todos los días y es no nada más para niños y adolescentes, sino para todo el mundo: el huevo”, destaca Orendáin.

“Es el alimento más perfecto de la naturaleza. En su yema sí se encuentra colesterol, pero del bueno, no del malo; mucha lecitina; complejo B; y algo muy importante, una sustancia que se llama colina, que cruza la barrera cerebral y se convierte en el neurotransmisor de la inteligencia, la acetilcolina”.

La nutricionista también recomienda que los niños tomen un vaso de leche, ya que el calcio no es sólo bueno para los dientes o huesos sino también para la sangre.

“Un 8 por ciento trabaja directamente con el sistema central nervioso y es lo que controla la irritabilidad”, agrega.

Un licuado “cerebral”, que oxigena el cerebro, sería un vaso con dos cucharadas de avena, un plátano u ocho fresas, seis nueces o seis almendras, y una cucharada de miel.

“La lógica es la fruta porque contiene excelente fructosa que llega al cerebro y se convierte en la glucosa, que es la que le da energía al cerebro”.

Los cereales de caja no son una elección positiva.

El Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor de la Profeco analizó 41 marcas de cereales y encontró que más de la mitad contienen 30 por ciento de azúcares en promedio, incluso algunos tienen de 41 a 45 por ciento.

El laboratorio, que realizó 4 mil 091 pruebas, destaca que los cereales con más azúcares son: Corn Pops (45 por ciento, 13.6 gramos por cada porción de 30 gramos), Apple Jacks (43 por ciento, 12.9 gramos) y Zucaritas (41.6 por ciento, 12.5 gramos), de Kellogg’s; Fruti Aros de Great Value (43 por ciento, 12.9 gramos); y Cookie Crisp, de Nestlé (41 por ciento, 12.3 gramos).

Entre otros resultados se encontró que algunas marcas tienen más grasa de la que declaran, como Fruti Aros, de Great Value, y Cereal de arroz inflado con sabor a chocolate, de Aurrerá; o que las presentaciones Spon Josos y Básicos Cereal de trigo inflado sabor chocolate, de Golden Hills, no cumplieron con el contenido neto declarado, señala Profeco en un comunicado en su página.

Orendáin señala que esto demuestra que los cereales de caja no son un buen alimento para los niños.

“Desgraciadamente estos cereales son ‘antialimentos’ porque cuando se procesa el grano se le retiran 22 nutrimentos y se le agregan 22 químicos, más la consistencia crunch y mucha azúcar”, advierte.

“Entonces cuando los niños desayunan estos cereales de caja pueden sufrir en su cuerpo y más en su cerebro el famoso síndrome X que significa hiperinsulinismo”, señala. “Los hace alterarse, ponerse nerviosos, estar un poco excitados, hasta cierto punto agresivos, y todo es por el exceso de harina refinada con azúcar refinada”.