Maria Elena Salinas

La administración Obama está en el proceso de analizar la compleja relación que Estados Unidos ha tenido con Cuba durante las últimas cinco décadas, y hay señales en el horizonte de un cambio de políticas. El propio Presidente Barack Obama dio los primeros pasos para levantar las restricciones a familias cubano americanas de viajar y enviar remeses a la isla. Se ha introducido legislación que entre otras cosas, levantaría las restricciones de viaje a Cuba para todos los norteamericanos. Pero el pilar de la política norteamericana hacia Cuba radica principalmente en el embargo impuesto desde 1962. Desde entonces la poderosa comunidad cubana en el exilio, a través de esfuerzos de cabildeo efectivos, ha logrado influir en la política de Washington. Sin embargo, los sentimientos han cambiado respecto al embargo. Mientras la gran mayoría de cubano americanos continúa repudiando al régimen comunista en la isla, un número creciente parece haberse dado cuenta que el embargo no traerá los tan deseados cambios a su amada patria. El último sondeo realizado por la Universidad Internacional de la Florida en Miami muestra que un 55 por ciento de cubano americanos favorecen la terminación del embargo, más que el 42 por ciento hace uno año y el 65 por ciento están a favor de formalizar relaciones diplomáticas con Cuba. El asunto de Cuba no estará en la agenda oficial, pero si en las mentes de los jefes de estado que se encuentran esta semana en Trinidad y Tobago en la quinta Cumbre de las Américas. El recién electo presidente de El Salvador, Mauricio Funes, ha prometido restablecer relaciones con Cuba después de asumir el cargo, así que en junio sólo habrá un país en el continente que no las tiene: Estados Unidos. No se espera que Estados Unidos vaya muy lejos en normalizar las relaciones con Cuba sin exigir algunos cambios democráticos en el país o pedir al menos la liberación de presos políticos. Y los otros países en el continente no deberían de exigirlo también. La verdad es que Cuba es ahora el único país en el continente que no tiene un gobierno elegido democráticamente. Ha sido encabezado por la dictadura Castro durante cinco décadas. Continúa teniendo a cientos de presos políticos. Niega derechos fundamentales a sus ciudadanos, restringe los viajes dentro del país y hacia el extranjero, no permite libertad de expresión a los ciudadanos, ni libertad de la prensa, ni libertad de reunirse, ni siquiera libre acceso a Internet. Hasta ahora el gobierno cubano culpa al llamado "bloqueo" norteamericano por la escasez. El día que el "bloqueo" no exista más, el pueblo cubano quizás se dé cuenta de que no es el "monstruo capitalista" el que ha sido su "verdugo," sino un gobierno totalitario que se niega a aflojar su yugo en beneficio de su propio pueblo. Sí, Estados Unidos necesita que el embargo "quede atrás" y debe analizar bien lo ha funcionado o no ha funcionado del embargo, pero es hora también que Cuba suelte las riendas de su dictadura si quiere ser parte de la familia de países democráticos en el hemisferio occidental.