Destituyen a 16 diputados opositores en Nicaragua

“Hemos sido destituidos por no bajar la cabeza ante la dictadura de Daniel Ortega”

Por LUIS MANUEL GALEANO,

Associated Press

MANAGUA, Nicaragua (AP) — La máxima autoridad electoral destituyó a prácticamente los únicos diputados de oposición del Congreso de Nicaragua, un movimiento que algunos interpretan como un intento por eliminar cualquier disidencia contra el presidente Daniel Ortega en su búsqueda por su tercera reelección. El Consejo Supremo Electoral destituyó a 16 diputados opositores del Partido Liberal Independiente (PLI) y su aliado el Movimiento Renovador Sandinista por no reconocer como su líder a un político al que la Corte Suprema otorgó recientemente la presidencia de ese grupo. Nicaragua tendrá elecciones presidenciales el 6 de noviembre y la oposición ha dicho que no participará. Los 16 diputados de la Asamblea Nacional destituidos eran afines a Montealegre y se habían negado a reconocer a Reyes como su líder. Otros siete legisladores del PLI ya habían reconocido a Reyes y no fueron destituidos. “Nosotros tratamos de evitar esto. Les convocamos en varias ocasiones a reuniones, han hecho caso omiso y pedimos al Poder Electoral su destitución, porque no quieren someterse a la nueva autoridad en el PLI”, dijo Reyes a The Associated Press, quien es visto por el grueso de la oposición como alguien que no le interesa oponerse a Ortega, sino jugar a su favor. Reyes, quien rechazó que sea un instrumento del mandatario, dijo que esos escaños los ocuparán ahora miembros su partido que sí lo reconocen. La Asamblea Nacional está integrada por 92 diputados y en este momento se encuentra en receso. “Hemos sido destituidos por no bajar la cabeza ante la dictadura de Daniel Ortega”, señaló en su cuenta de Twitter el legislador destituido Carlos Langrand. “Hay un miedo interno en el comandante Daniel Ortega, que parece es el que lo impulsa a dar pasos como estos. La Coalición Nacional por la Democracia, que era vista como el bloque más fuerte de la oposición para tratar de evitar la tercera reelección consecutiva de Ortega, decidió hace varias semanas no participar en los comicios por considerar que se trata de una “farsa electoral”.