El estrés

Ramón Clériga

Agencia Reforma

El estrés es la tensión emocional y física que se produce como respuesta a una presión externa o interna. Es imposible vivir sin algún tipo de estrés, que en pequeñas dosis es estimulante y motiva al logro, pero cuando es excesivo puede producir problemas de salud física o psíquica.

Los signos mentales son tensión, irritabilidad, problemas de concentración, cansancio excesivo, problemas de sueño, preocupación o tristeza.

Los indicadores físicos son: boca seca, aumento de la frecuencia cardiaca, malestar abdominal, deseo frecuente de orinar, manos sudorosas, dolor de espalda, tensión muscular que puede causar contracturas con dolor, mareos y dificultades para respirar.

Los acontecimientos estresantes no sólo son sucesos desagradables, como los problemas de pareja o trabajo, sino que también los placenteros como una boda, comprar una casa o tener un hijo, pero hay que considerar que lo que resulta estresante para una persona puede no serlo para otra.

LOS TIPOS

El estrés agudo es la forma más común. Consiste en presiones ocasionadas por sucesos recientes o por alteraciones del futuro próximo; por ejemplo, una falla en el coche, una apretada agenda. En pequeñas cantidades puede ser estimulante, es el caso de algunas personas que funcionan mejor si tienen cierta presión, como un plazo límite próximo a terminar, pero si el estrés es excesivo resulta agotador.

Esto se presenta en personas que se muestran irritables, ansiosas y a menudo se describen a sí mismas como nerviosas. Su irritabilidad se convierte a veces en hostilidad y el trabajo suele convertirse en algo muy estresante para ellas.

Frecuentemente son personas muy competitivas, agresivas, impacientes, muy motivadas hacia el logro. Suelen manifestar una alta hostilidad y casi siempre tienen una profunda inseguridad. Esto propicia numerosos episodios de estrés agudo y tienen más probabilidades que otras personas de desarrollar problemas cardíacos.

Otra forma de estrés agudo procede de una preocupación excesiva a lo largo del tiempo. Se trata de personas que se intranquilizan por casi todo y ven amenazas por todas partes. Constantemente están pensando en las cosas dañinas que podrían pasarles a ellos o a sus seres queridos. Suelen estar tensas, ansiosas y tienen más tendencia a deprimirse que a mostrase hostiles.

El estrés crónico es el estado que se produce cuando una persona se encuentra durante mucho tiempo en situaciones como una familia disfuncional, violencia doméstica, severos problemas económicos o estar en un trabajo que la persona detesta. Es también el estrés producido en conflictos nacionales o internacionales de larga duración, como los conflictos armados duraderos.

A veces el estrés crónico procede de acontecimientos traumáticos sucedidos en la infancia que una persona arrastra sin resolver hasta la edad adulta, como la orfandad temprana y que crean una visión del mundo como un lugar altamente amenazante, con una visión de los demás como hostiles, traidores y una tendencia a no bajar jamás la guardia para protegerse de posibles agresiones, necesitar controlarlo absolutamente todo en casi cada momento.

Lo más grave del estrés crónico es que la gente se acostumbra a él y se olvida de que está en una situación dañina. A veces, se han habituado de tal forma que lo encuentran familiar y se sienten desconcertados en una situación no estresante.

EFECTOS EN EL CUERPO

El suceso estresante es algo que se percibe como una amenaza y nuestro cuerpo está biológicamente preparado para responder a estas mediante, la respuesta de ataque-huída. Para prepararnos para la lucha o la huida, nuestro cuerpo segrega sustancias, que provocan una serie de cambios fisiológicos en nuestro cuerpo para facilitar dicha respuesta.

Estos cambios son:

Respuesta músculo-esquelética con tensión muscular que permite la lucha o huida.

Respuesta cardiorespiratoria: el corazón late deprisa, lleva más sangre al cerebro y los músculos; la respiración se acelera.

Respuesta gastrointestinal: la digestión se detiene para no utilizar la energía que se necesita en otro lugar del cuerpo, como los músculos. Se produce una activación de las contracciones del colon y el recto.

Inhibición del sistema inmunológico debido a la tendencia a suspender actividades para utilizar la máxima energía posible en la lucha o huida. La hormona del estrés llamada cortisol es la responsable de esta inhibición de las defensas.

Todo esto puede favorecer una respuesta apropiada ante una amenaza, pero si dura demasiado o es excesivamente frecuente, acabará creando problemas psíquicos y físicos, por lo que si el estrés es excesivo será necesario solicitar ayuda profesional.

Signos

Estar sometido a estrés tiene consecuencias psicológicas y físicas:

Psicológicas

Ansiedad

Depresión

Cambios de humor repentinos

Disminución de la autoestima

Dificultad en la toma de decisiones

Problemas en sus relaciones con

los demás, tanto en el trabajo como

en la familia

Aumento del consumo de alcohol,

drogas o tabaco

Físicas

Agotamiento o pérdida de energía

Dolores y contracturas en la espalda

Estreñimiento o diarrea

Dolores de cabeza frecuentes

Hipertensión

Insomnio

Caída del cabello

Malestares digestivos

Subir o bajar de peso

Presión de dientes o mandíbula

Problemas respiratorios, infartos

y otros problemas cardiacos.