Encías sensibles

Natalia Vitela

Agencia Reforma

“Todo lo que comemos y no cepillamos bien va dejando una capa alrededor de los dientes y junto y encima de las encías, así como en el paladar y el interior de las mejillas; en toda esa zona se forma placa dentobacteriana”, indica Juan Álvarez Nieto, miembro de la Asociación Dental Mexicana.

El odontólogo explica que a la inflamación de las encías se le denomina gingivitis, enfermedad que, además, destruye los tejidos de soporte de los dientes y las encías y padece alrededor del 90 por ciento de la población en México. Cuando las encías están inflamadas sangran, tienen apariencia rojo brillante o rojo púrpura.

Otros factores que provocan sensibilidad de las encías es el consumo de medicamentos, como anticonvulsivos, anticonceptivos orales e inmunosupresores, entre otros. Asegura que también se puede presentar por cambios hormonales que experimentan las mujeres.

Cepillarse adecuadamente y usar hilo dental durante la limpieza es lo ideal para prevenir y tratar la sensibilidad de las encías. Se recomienda visitar al dentista para que realice limpieza bucal por los menos dos veces al año, pero lo ideal es acudir cuatro veces, en cada cambio de estación.

Además, los tipos de cepillo y pasta que deben emplearse tienen que ser prescritos por el dentista.

Mal aseo

Rosa María Solís de León, del Servicio de Estomatología de la Unidad de Medicina Familiar Número 41 del IMSS, asegura que 9 de cada 10 personas en el País no conoce la forma adecuada de asear la boca o no la aplican de forma cotidiana.

La caries es el problema más común, agrega, el cual se genera por la descomposición de los residuos de alimentos, lo que causa el desarrollo de bacterias que provocan la destrucción de los tejidos duros del diente.

Según Álvarez Nieto, aproximadamente 80 por ciento de la población sufre de caries.

Solís de León indica en un comunicado que el cepillado de los dientes debe realizarse, en el caso de los superiores, de la encía hacia abajo, y en los dientes inferiores, de abajo hacia arriba, cepillando también, en forma circular la superficie de molares y premolares, de lo contrario, el alimento se puede introducir en las encías y sólo es posible retirarlo con limpieza dental realizada en el consultorio por un especialista.

Recomienda que para no olvidar la limpieza en ninguno de los dientes se debe dividir la boca en cuatro partes. Es necesario iniciar el cepillado en la parte superior con los dientes centrales, para luego pasar a las piezas dentales de la derecha y después a las de la izquierda, y así realizarlo de la misma forma en los dientes posteriores. Enfatiza que es importante comenzar con los dientes de arriba, pues la comida cae y los dientes de abajo se ensucian.

La especialista menciona que es importante cepillar cada zona de las piezas dentales diez veces por ocasión, a fin de asegurar la limpieza total de los dientes.

“Sin embargo, la boca no sólo está integrada por los dientes, también tenemos paladar, encías, lengua y mejillas, y todo esto es muy importante que lo limpiemos porque también ahí llegan a quedar residuos de comida”.

Una vez que se asearon los dientes se debe enjuagar el cepillo y sólo con agua cepillar, primero, el paladar, de la parte de atrás hacia adelante en diez ocasiones; después la lengua, hacer un barrido lo más atrás posible y hacia delante; luego las encías y por último las mejillas en su parte interna.

El aseo de boca y dientes debe efectuarse, como mínimo, tres veces al día: después del desayuno, comida y cena, aunque lo ideal es hacerlo después de cada alimento, porque durante el día es común consumir colaciones o bocadillos.

Añade que es indispensable utilizar hilo dental cuando menos una vez al día, pues en ocasiones los dientes están muy unidos y las cerdas del cepillo se doblan o no llegan a retirar el alimento. Para quitarlo, se deben cortar entre 20 y 30 centímetros de hilo e introducirlo entre cada diente.