Eso que bebe… ¿contiene azúcar?

Paloma Villanueva

Agencia Reforma

Que el consumo de agua natural es básico para las funciones del organismo ya se sabe, pero en México muchos creen que tomar líquidos, así, en general, es suficiente para el bienestar de su cuerpo.

Así lo demuestra un estudio de 2012 realizado por Homero Martínez Salgado, coordinador de investigación de salud en el IMSS, el cual exhibe la necesidad de promover el consumo de agua simple como principal fuente de hidratación.

Esto debido a que las personas prefieren en su dieta diaria bebidas que creen sanas, sin considerar el aporte de azúcar que representan, como jugos de fruta, tés procesados y leches saborizadas.

Además, tanto los niños como las adultos, consumen menos líquidos de lo recomendado por autoridades sanitarias y, al optar por bebidas azucaradas, sobrepasan la ingesta diaria de azúcar sugerida.

De acuerdo con los datos recogidos, los adultos de 18 a 65 años beben en promedio 1.85 litros de distintos líquidos por día, cuando la recomendación de la Secretaría de Salud es 2 litros de agua para las mujeres y 3 litros para los hombres.

Los niños tampoco cumplen la norma, ya que, en promedio, los menores de 4 a 17 años beben 1.48 litros por día cuando la recomendación es de 1. 2 litros de agua para niños de 4 a 8 años, 1.7 litros para niños de 9 a 13 años y 2.2 litros para niños de 14 años en adelante.

Las consecuencias

Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán, coincide en que en México el agua natural ha sido desplazada por las bebidas azucaradas y las leches saborizadas cuando de hidratarse se trata.

“Con lo que menos nos hidratamos es con agua simple y la mayor parte de la hidratación se hace con refresco, bebidas azucaradas y leche, principalmente saborizada. El problema es que estamos consumiendo una enorme cantidad de azúcar y ese enorme consumo de azúcar es en gran parte la explicación de los problemas de obesidad y de enfermedades crónicas que estamos padeciendo”, señala.

De acuerdo con la investigación de Martínez Salgado, los niños exceden en 210 por ciento el límite superior de calorías que la OMS recomienda a partir de azúcares añadidos por el consumo de bebidas azucaradas, y en los adultos el azúcar añadida consumida a partir de estas bebidas sobrepasa en 200 por ciento el límite máximo recomendado por el organismo.

“Tenemos varias barreras en nuestras papilas gustativas y nuestros sensores de glucosa en sangre que son medidas para evitar consumos excesivos de azúcar, pero disuelta en agua carbonatada y agua con sodio, es imposible reconocer las señales de alarma que nos da nuestro organismo, que son el empalagamiento y la saciedad”, detalla Ávila Curiel.

Xaviera Cabada, coordinadora de salud alimentaria en la organización El Poder del Consumidor, subraya que hay bebidas que se promocionan como sanas, pero que contienen las mismas cantidades de azúcar que los refrescos o más, por ejemplo, tés enlatados (que contienen el equivalente a 15 cucharadas de azúcar); bebidas deportivas, los yogures para beber (10 cucharadas) y licuados envasados (13 cucharadas de azúcar en 500 mililitros).

Para medirse

Julieta Ponce, nutrióloga y directora del Centro de Orientación Alimentaria, explica la forma de saber cuánta azúcar contiene una bebida.

“Busca en la etiqueta la línea que dice azúcares simples, se debe reportar en gramos y cada 4 gramos de azúcar simple es equivalente a una cucharadita de azúcar; sólo habría que tomar en cuenta que un niño no debe consumir más de 9 cucharadas de azúcar al día contando todos los alimentos y las bebidas”, detalla.