" FORECLOSURE" DOLOR EN CUALQUIER IDIOMA

Diana Leal

Especial para La Raza del Noroeste

Maria nació en la ciudad de la paloma sabanera; en Cidra, una pequeña ciudad ubicada en el centro la Isla de Puerto Rico; el único lugar donde las palomas blancas tienen ojos de color azul y tal ves otra de las muchas poblaciones en Latinoamérica donde la primavera permanece los 365 días del año. María tenía apenas tres días de nacida cuando debió quedar al cuidado de su abuela Carmen. Su madre decidió dejarla y migrar a Nueva York. "No le gustaban las niñas a mi mamá", dijo. Maria creció entre flores de colores y abundantes frutas , viendo a su abuela cocer . "De cualquier pedacito de tela que encontraba hacia sabanitas con bordados y arandelas." Así , cociendo y vendiendo sus costuras la abuela pagó la escuela de la niña y le dio una vida decente. Pasaron catorce años de arroz con alules y lechón; catorce años de música y baile con el Gran Combo, de cariños de su abuela, de besos y abrazos de sus vecinos boricuas, antes de que María debiera viajar a Nueva York. Fue en "New York City" donde María llego a conocer a su mamá. En la ciudad de los rascacielos ella encontró tantos puertorriqueños como pudo ver en la ciudad donde nació, sin embargo su vida fue diferente pero la relación con su mamá nunca cambió. Intento regresar al cariño de su isla pero ya era tarde, a los quince años, la aún adolescente dio a luz a su primogénito. Desde entonces María empezó su travesía a lo largo del país. Vivieron en Filadelfia, en Chicago y nuevamente en Nueva York. Intentaron hacer su vida en Minneapolis y también en Idaho. Hoy, María tiene 49 años de edad; cinco hijos mayores de edad y al pequeño Jose Ramón, de siete años de edad, quien asegura hablar español. Después de un largo recorrido por el país Maria llego al estado de Washington donde alquiló una casa de cinco habitaciones con opción de compra. No mucho después llego el día en el que Maria sintió que podía comprar la casa. Tenia un trabajo estable en la limpieza de oficinas; su hija y esposo ayudaban con los pagos, la casa era grande y los $290,000 que les pedía la dueña, con la opción de adquirir un préstamo en el banco, no sonaba mal. Hoy María vive con cinco de sus familiares cercanos en un apartamento de dos habitaciones pequeñas en la ciudad de Bellevue; pagan $1,150 de arriendo mensual. Su casa esta en "foreclosure" a remate por parte del banco porque Maria, de acuerdo al banco, no pagó durante varios meses su cuota mensual. Cuando compraron la casa, en el 2001, dieron $6,000 de cuota inicial y quedaron de pagar cuotas mensuales de $2,000 de acuerdo al crédito que la ex propietaria de la casa les había ayudado a diligenciar. "El problema empezó porque el banco decía que no habíamos pagado las cuotas, y yo tengo las pruebas de los pagos que se hicieron" asegura Maria. Cada dos meses aparecía uno de los pagos que se había hecho. A partir de enero del 2007 las cuotas mensuales subieron de $2,000 a $3,699. En ese entonces ya ni Maria ni los otros cinco habitantes de la casa ubicada en en la esquina de la calle 252 con 164 SW de Bellevue veían la opción de pagar. De acuerdo al banco hoy María debe pagar $30,000 para que su casa no sea rematada. "Son quince años de trabajo" , dijo la puertorriqueña quien a pesar de todo afirma estar contenta con la vida. "Me enfermé, me dio diabetes, estuve hospitalizada. Mi trabajo no es difícil, lo sé hacer bien". Maria trabaja cinco días a la semana limpiando oficinas en el área de Eastgate; entra a las 7 u 8 de la mañana, después de dejar a su hijo Ramón en la escuela. "Con todo mundo me llevo bien, todo queda bien bonito después de que lo limpio" Termina sus labores a las cinco o seis de la tarde y recoge a su hijo Ramón en el "Boys and Girls Club" en el centro de Bellevue. Luego llega a hacer la cena. Maria asegura que todavía no le han quitado la casa. Hubo un corto circuito que al parecer venia presentándose desde hacia tiempo y la parte delantera de la casa se incendió. " Si todo se resuelve quiero vender la casa y comprar una nueva. Pero tal ves aquí no. !Mejor seria comprarla en mi país!" dijo la puertorriqueña.