indocumentados tienen pocos derechos

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@- Body:El programa de detención de inmigrantes sin papeles en Estados Unidos ha crecido en el último decenio, dando lugar a un sistema costoso que se suponía debía atrapar delincuentes y asegurarse de que los indocumentados fuesen expulsados rápidamente.

No obstante, un análisis por computadora de The Associated Press de cada uno de los detenidos en un domingo reciente muestra en lugar de ello que la mayoría de los arrestados no tienen antecedentes delictivos y que muchos no estaban a punto de salir del país, ni voluntariamente ni por deportación.

La noche del 25 de junio pasado había 32.000 personas en centros de detención de inmigrantes, según una base de datos oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), obtenida bajo la Ley de Libertad de Información de Estados Unidos.

Los datos revelaron que más de la mitad, 18.690, no tenían antecedentes penales, ni siquiera por ingreso ilegal al país u otros delitos menores. Más de 400 de aquellas sin historial delictivo llevaban encarceladas más de un año. Una decena llevaban presos tres o más años. Un hombre procedente de China tenía más de cinco años de estar detenido.

Casi 10.000 habían estado bajo custodia más de 31 días, el tiempo promedio de permanencia entre rejas que según el ICE demuestra su manejo eficiente de las detenciones.

Las condiciones para obtener una fianza, que son excepcionalmente duras, se ven exacerbadas por la violación de las reglas sobre cuánto tiempo pueden estar detenidos los inmigrantes.

Con base en un dictamen del 2001 de la Corte Suprema, el ICE tiene unos seis meses para deportar o dejar en libertad a los inmigrantes cuyos casos hayan sido decididos, pero los abogados de inmigración dicen que usualmente se hace caso omiso de ese plazo. En los datos del sistema obtenidos por la AP, 950 personas estaban en esa categoría.

La acumulación de detenidos comenzó en la década de 1990, mucho antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.

Desde 2003, no obstante, el Congreso ha duplicado a 1.700 millones de dólares la suma asignada para encarcelar a indocumentados, cuando el furor sobre “extranjeros delincuentes” se mezcló con los temores dejados por los ataques y una encendida retórica de los sectores que promueven mano dura contra los indocumentados.

Los documentos judiciales muestran que la red ha atrapado no solamente a los sospechosos de terrorismo y asesinos de policías, sino también a un estudiante destacado que se crió en Orlando, Florida; al empleado de una tienda que ruega por que simplemente lo dejen regresar a Canadá; y un sacerdote pentecostal que fue drogado a la fuerza por agentes de inmigración luego que pidiese hablar con su esposa.

Los abogados de inmigración subrayan que una cifra sustancial de detenidos, de 177 países en los datos suministrados, no son indocumentados.

Muchos de ellos, que no han cometido delitos y que llevan más tiempo, son solicitantes de asilo que están luchando por quedarse en Estados Unidos por temor a ser asesinados en sus países de origen.

Otros son residentes desde hace tiempo que podrían tener derecho a quedarse bajo otros criterios o cuyas solicitudes de residencia permanente fueron perdidas o mal procesadas, dicen los abogados.